- “Con los años, mi mirada ha vuelto a las montañas; tal vez ellas me ayuden a comprender al Chile de hoy”, explica el cineasta chileno Patricio Guzmán al comienzo de su nuevo documental sobre Chile, La cordillera de los sueños, una película “prospectiva” que “da luces” sobre la “extraña historia” de su país. El realizador habló con Efe en Madrid de este delicioso e impactante documental, que mide a partes iguales la embriagadora belleza de las imágenes captadas con drones sobre la cordillera de los Andes y el terror de la historia reciente de Chile. Ganadora del premio al Mejor Documental en Cannes (2019) y nominada al Goya como Mejor Película Iberoamericana -la única documental del cuarteto en competición-, La cordillera de los sueños llega hoy a las salas españolas.

Este es su largo documental número 16 sobre Chile y el que cierra una trilogía que comenzó retratando desde el norte (Nostalgia de la luz, 2010) al sur (El botón de nácar, 2015), aunque aún le queda otro por estrenar -trabaja actualmente en él en París, donde reside-, que abundará en las recientes protestas del pueblo chileno. Para el veterano cineasta, las montañas que aíslan y configuran la idiosincrasia de los chilenos son como una “gran columna vertebral” de la historia pasada y reciente de Chile, y su película como el respaldo de una silla que impide caer a su ocupante, esa “montaña salvadora que a la vez encierra”, apunta. “Chile siempre ha sido un país muy politizado, con muchos trabajadores, sobre todo de las minas, que siempre ha estado luchando por un futuro más democrático. Y ahora viene esta ola, a borrar este cúmulo de gobiernos democráticos amorfos, que custodiaron Chile pero no lo mejoraron”.