En un pasado no tan lejano, el mercado de dibujo e ilustración estaría ultimando los detalles para llenar, durante tres días, el antiguo Depósito de Aguas de puestos, creadores y público. Pero desde la aparición de la pandemia, Mazoka ha tenido que reinventarse, haciendo de lo virtual su nuevo punto de encuentro, pero sin perder la presencialidad del todo. Así, al igual que hace doce meses, la propuesta vuelve a Montehermoso con una exposición colectiva en la que compartir el trabajo de las 40 personas que esta vez han sido seleccionadas para ser mazokalaris. Colgando de un hilo se puede visitar hasta el día 26.

Ayer por la tarde se procedió a inaugurar una muestra que esta vez tiene un aspecto bien diferente al de 2020. Las ilustraciones no cuelgan de las paredes, sino de los techos, conformando en este espacio tan singular de la capital alavesa un gran bosque de la creación artística. De cada mazokalari se muestra una imagen, que se acompaña de un código QR para poder acceder a su información y sus creaciones. Ese mismo esquema se sigue en el catálogo editado por el mercado -hay disponibles unos 1.500 ejemplares-, una publicación que también se presentó en el acto de apertura de la exposición.

Cita en la que, por la situación sanitaria, no pudieron estar todas las personas que toman parte pero sí una importante y destacada representación. Así, entre las columnas del Depósito y entre el bosque de obras de arte se pudo ver a Carmen B. Mikelarena -ganadora de la beca Bekikasle, cuyo acto de entrega se produjo en el mismo contexto-, Daniel Diez, Iban Ilarramendi, Patricia Nagashiro, Ingeborg, Iban Illarramendi, Carolina Mattos, María José Mora, Marta Melero, Jone Taberna, Arrate Rodríguez, Carmen Fernández Morales, Julia Lasa e Iñaki Landa.

Cabe recordar que tanto ellos como el resto de mazokalaris tienen desde hace unos días sus puestos virtuales abiertos a través de www.mazoka.org, espacio en el que también se puede profundizar en las obras y las trayectorias de todos los participantes, así como comprar de manera directa lo que se quiera. En realidad, se sigue la misma dinámica que cuando esta fiesta de la ilustración era presencial y cada persona se relaciona de forma directa con el artista. Eso sí, Mazoka todavía tiene más que ofrecer. A lo largo de las próximas semanas se van a ir desarrollando distintas visitas guiadas, talleres y conciertos.