- Todo está preparado en La Scala de Milán para inaugurar su temporada lírica en la noche del 7 de diciembre y, tras la inédita suspensión del 2020, retomará su Prima con un Macbeth casi onírico, advertencia moderna de una tiranía siempre latente.

“Sabemos que el virus existe y hemos tomado medidas (...) pero nos sentimos lo suficientemente felices de poder hacer el espectáculo con tanto público. Es una gran victoria”, celebró ayer en la rueda de prensa de presentación el superintendente, Dominique Meyer.

Este templo de la lírica abrirá su temporada el 7 de diciembre, la Prima del día de San Ambrosio, como dicta una tradición de siete décadas que el pasado año el virus interrumpió por primera vez desde que la II Guerra Mundial redujera el teatro a escombros.

Lo hará con Macbeth (1847), ópera en cuatro actos dirigida por el maestro Riccardo Chailly, con propuesta escénica del rompedor Davide Livermore y con las voces de la soprano Anna Netrebko, el barítono Luca Salsi o el tenor peruano Iván Ayón Rivas.

Una obra de juventud de Verdi, su primera incursión en el imaginario de William Shakespeare, que supone una bajada a los infiernos de la ambición más oscura, la de un Lord que asesina a su rey cegado por las profecías más pérfidas.

El espectáculo podrá finalmente realizarse con público, con unos dos mil espectadores, pero lamentablemente no tendrá el brillo del mundo prepandémico, pues se han tomado medidas para evitar aglomeraciones innecesarias y eventuales contagios.

“Todo está preparado tras semanas de intenso trabajo por las dificultades de la situación pero hemos sido prudentes”, refirió el superintendente y director artístico, que destacó la emisión del espectáculo en directo y en el extranjero a través de la RAI.