"Nuestro teatro vive ahora en Drive y a través de Zoom". Era el arranque de primavera de 2020. En esas semanas, la compañía alavesa Sleepwalk Collective se suponía que tenía que estar en Londres, en el Battersea Arts Center, para desarrollar una residencia artística en la que dar forma definitiva a uno de sus últimos proyectos, Swimming Pools. Pero la aparición del covid-19 y el confinamiento trastocaron todos los planes. No los suspendieron, eso sí. Solo que de compartir espacio físico, como bien decía en aquellas palabras a este periódico Iara Solano, se pasó a trabajar en el mundo virtual con el equipo internacional que el grupo ha reunido en esta montaje.

Este viernes, en el marco del cuadragésimo sexto Festival Internacional de Teatro de Vitoria, la producción llega por fin a la capital alavesa y no para verse a través de una pantalla, sino para compartirse entre las paredes del Félix Petite (centro cívico Ibaiondo). El encuentro con el público se producirá a partir de las 19.30 horas, quedando todavía algunas entradas disponibles. Será el momento de adentrarse en una propuesta en la que Solano y Sammy Metcalfe se sirven de la experiencia vivida durante todos estos meses de pandemia para reflexionar sobre el mañana y, por tanto, sobre el hoy, de una sociedad que, jugando con el título de la obra, mira a las piscinas como pequeños paraísos en los que poder disfrutar y relajarse, mientras se dedica a destruir los paraísos naturales que esas mismas piscinas tratan de imitar de alguna manera.

La contradicción parece inherente al ser humano y está más que presente en un trabajo que, siguiendo la estela de otras propuestas de la compañía, no pretende tener una narrativa clara y precisa dentro de una estructura escénica convencional, sino que propone al público un viaje sin moverse de la butaca, unas experiencias, unas emociones, unas conexiones sensoriales.

Invitación a imaginar

Sirviéndose de referencias a los vídeojuegos, a la realidad virtual y a las redes sociales, y desde lo vivido a lo largo de los últimos 18 meses, se presenta un "collage de pensamientos y de posibles futuros", ya sean estos prometedores e ilusionantes, o también oscuros e indeseables. Todo ello mientras se atraviesan diez piscinas que se van sucediendo unas a otras como si se tratase de ir superando niveles de una partida en la que parece que cada jugador toma sus decisiones, aunque no sea así. Frente a ello, un público al que se le invita a imaginar, a completar, al que ni se le quiere ni se le puede dar todo mascado, sino al que se le propone lanzarse al agua siendo "activo mentalmente".

Camilla Vecco Haddad, Nhung Dang y Rebeca Matellán, junto a la actriz gasteiztarra, son las encargadas de llevar el peso de la interpretación de un montaje que, eso sí, se sirve de otros elementos -como el diseño de iluminación y las proyecciones audiovisuales- para completar un conjunto estrenado en Madrid (en el Teatro de La Abadía) y que además de girar por la península también va a hacer su camino por tierras inglesas. Eso, de momento.

No es de extrañar esa agenda sin huecos para Sleepwalk Collective, compañía que, por fortuna, sigue encontrando momentos para volver a casa, para compartir con su público más cercano un modo de hacer y entender la escena que sigue evolucionando y experimentando.