erea Lekuona (Vitoria-Gasteiz, 1976) ha invadido la sala de la planta baja de Mixtos con frases, símbolos, significantes y significados de un pasado reciente que todavía no es historia, pero que sí es memoria, y que revisita los acontecimientos que han estructurado el pensamiento político y social del Estado español desde los años 70 del siglo XX.

Su proyecto Desataduras, que nació gracias a una beca de ayudas a la creación de Montehermoso, se despliega en Pamplona en una atractiva exposición de instalaciones concebida desde el lenguaje del diseño, desde una imagen entre el pop y lo hippy, con la que la artista vitoriana busca deconstruir, desde el arte, el imaginario de la Transición española, y desde ahí, interpelarnos e invitarnos a desatar lo que presuntamente ya estaba "bien atado": desentrañar la urdimbre de ese régimen de implantación simbólica o "transitocracia", tal y como se refiere a ese periodo Arturo/fito Rodríguez, autor de los textos del catálogo de la exposición.

Consciente de que el relato -histórico, social- se ha convertido en un objeto de deseo y de conflicto, y de que, por ello mismo, la memoria es un espacio de lucha, Nerea Lekuona, que este año ha recibido las becas VEGAP y la del Gobierno Vasco para producción, emplea sus armas artísticas para neutralizar el discurso reduciéndolo a cada una de sus frases, de sus iconos, de sus fotografías... hasta enfrentar al espectador con cada mensaje por separado.

Un ejercicio de fragmentación reflexiva en un recorrido que se inicia con una serie de cartografías intervenidas, de mapas de la península -de esa silueta impuesta y omnipresente en la educación- que explosionan desde su propio interior; así como de distintas representaciones geopolíticas que se basan en la investigación que la creadora ha llevado a cabo sobre la Transición en el Arabako Artxibo/Archivo de Álava, donde dio con un hallazgo: "Conocí un fondo depositado por el Gobierno Civil de partes de denuncia de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que, en los años de la Transición, iban por las calles y todos los pasquines, carteles, pegatinas que encontraban, los recogían y hacían con ellos partes de denuncia; a alguien se le ocurrió grapar esos pasquines, folletos y carteles al parte de denuncia y gracias a eso se conservan. Y me parecía muy interesante estudiar ese pasado reciente y traer al presente todos esos mensajes para actualizarlo y ver qué de todo aquello se había cumplido, qué se ha llevado a cabo, y cómo estamos actualmente", explica Lekuona, subrayando la importancia de "entender la historia para poder entender el presente y poder encauzar el futuro".

Su exposición también pone el foco en la coexistencia temporal y visual de conceptos como Democracia y Dictadura. En distintas instalaciones, formatos variados y diversos recursos expresivos la autora busca representar (y desatar) -para neutralizarlas- expresiones del entonces incipiente marketing de las emociones/marketing político. Frases del franquismo de Fraga como "La calle es mía" o las expectativas del archiconocido "Puedo prometer y prometo", que hizo presidente a Adolfo Suárez, sirven a la artista para interpelarnos y decirnos que la calle es de todas y todos, o para alertarnos de que "seguimos tropezando en la misma piedra" y hacernos ver las graves consecuencias del error que es "seguir confiando la gestión de nuestras ciudades y de nuestros gobiernos a los políticos". Así, hace un ejercicio a modo de penitencia o castigo colectivo que tenemos que pagar por ese tropiezo constante escribiendo en un rollo la frase "Puedo prometer y prometo" como un mantra sin fin.

Siglas que aparecían en los partes de denuncia de los años de la Transición cubren evocadores mapas en esta muestra en torno a un imaginario que tiene plena vigencia y en la que también se leen numerosas consignas, frases y mensajes con los que ha crecido "cualquiera que haya vivido en Euskal Herria en ese periodo", que "todavía tenemos metidos en la cabeza" y que en estas instalaciones forman parte de mapas de la península con sus zonas oscuras, simbolizando "las partes oscuras de la historia, las que no nos dejan ver, las que tapamos o las que no se tienen que repetir", dice Lekuona. La artista tiene claro que "todas las personas formamos parte de la Historia y hay tantos imaginarios de ésta como puntos de vista personales".

"¿Hoy vamos a luchar desde Facebook?"

De los años de la Transición, Lekuona destaca que "se hicieron muchos logros, los movimientos sociales tuvieron mucho peso, y la gente salió a la calle a reclamar ciertas cosas y muchas se consiguieron; también tuvieron un precio, por ejemplo la lucha sindical en Vitoria con el 3 de marzo de 1976 fue un momento duro. En general, a nivel estatal, y aunque a un precio muy caro, fue un momento que sirvió para disparar la lucha sindical y el logro de esos derechos laborales".

Una lucha que cree que deberíamos recuperar hoy, pero de la que lamenta que estamos muy lejos. "Ahora, qué, ¿vamos a luchar por las redes sociales? ¿Vamos a luchar por el cambio climático desde Facebook cuando dos horas de Facebook suponen un consumo para el planeta increíble? Se debería retomar el salir a la calle", opina la artista, formada en diseño, cine y vídeo y que actualmente colabora en la gestión de contenidos y programación de Zas Kultur Espazioa, así como en Inmersiones, el congreso anual de artistas emergentes de Navarra y la CAV.

En lo que respecta a su labor de activismo desde la creación, Nerea Lekuona se verá satisfecha si quien recorre la exposición de Ciudadela "sale de aquí pensando un poquito qué fue aquello de la Transición; hay muchísimas visiones, a mí me gusta proponer y que luego la gente saque sus propias conclusiones y llegue adonde quiera llegar", concluye la artista.

Qué. Exposición de instalaciones que hace un análisis simbólico de la Transición española desde el arte.Dónde. Pabellón de Mixtos de la Ciudadela (planta baja).

Cuándo. Hasta el 9 de enero, en horario de martes a sábado, de 11.30 a 13.30 y de 18 a 20.30 horas; y domingos y festivos, de 11.30 a 13.30 horas.

"Seguimos tropezando en la misma piedra, confiando la gestión de nuestras ciudades a los políticos"

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