En el camino de cualquier grupo hay dos formas de afrontar el siguiente paso. Hay quien opta por, salvo detalles, repetir formas y fondos, sobre todo si sabe que funcionan. El problema suele ser que de tanto estirar el chicle, se termina rompiendo. Y hay quien, sin perder de vista sus orígenes, busca, quiere, intenta ir más allá, mejorar, probar, sabiendo también que eso no es garantía de nada. Resaca Jackson sigue esta segunda senda y la más clara demostración de ello es su tercera referencia, un Green Crapitalque ha salvado todas las circunstancias internas y externas para hacerse una realidad a compartir con el público tanto en su formato físico (CD) como digital. "En lo musical estamos muy satisfechos porque hay una evolución clara" apunta a la hora de hablar de este álbum el bajista Julio Romero Julius, que comparte peripecias sonoras con Ray Campo (voz, guitarra y armónica), Txarly (teclados) y Javier Sanz Pato (batería).

Una decena de canciones componen un trabajo con el que, por fin, este sábado el cuarteto va a poder ofrecer un concierto lo más parecido posible a antes de marzo de 2020. Va a ser en Hell Dorado, que reabre sus puertas tras meses de silencio a causa de la pandemia. Las tablas de la calle Venta de la Estrella soplan 20 velas el próximo martes y la cita de este día 23 no deja de ser también su fiesta de cumpleaños, una celebración en la que las puertas se abrirán a las 19.30 horas y en la que también tomarán parte Rinotorrinco & Friends.

"No va a ser el concierto de presentación como tal, porque la idea es hacer otro junto a toda la gente que ha colaborado en este disco y compartiendo cartel con otra banda nacional o internacional de hard rock, pero lo cierto es que estamos en ese momento en el que necesitamos ya sí o sí un bolo que sea de verdad. Así que vamos con todo en marcha, además a tocar en una sala que suena, no como la mierda esa que estamos sufriendo en Vitoria estos meses", en referencia al Iradier.

A buen seguro, el público disfrutará a lo grande en una noche en la que se desgranará un álbum al que le ha costado llegar hasta aquí. El covid tiene buena parte de culpa. Pero también han condicionado un tanto las cosas los cambios en la batería que ha tenido la banda. "Este disco ha sido como el parto de un elefante. Nos ha llevado la salud", ríe Romero.

Diez temas musicales

Sugar Baby, ¿Ahora lo entiendes? y Altsasu rock & roll son algunos de los diez temas que conforman el esqueleto de una producción que se cierra con un nuevo -y magnífico- guiño al músico gasteiztarra Raúl Aransáez, un disco que, más allá de los avatares y retrasos, "seguimos sintiendo como presente, más allá de que igual ahora hubiéramos afrontado de manera diferente algunas cuestiones técnicas; pero en lo que respecta a las canciones, estábamos y estamos muy convencidos".

Variedad y evolución son dos cuestiones que la banda subraya en torno a un álbum que sabe mirar al rock sureño, que tiene toques garageros, que incluso en una canción parece querer hacer un guiño al rap. "Igual algunos piensan que hemos perdido fuerza en cuanto a la parte más grasienta pero musicalmente hemos crecido. Hay gente que nos dice que de primeras no les mola demasiado, pero que luego, cuando lo van escuchando más, les encanta. Esos son los buenos discos, a los que les vas descubriendo nuevos detalles".

Sonidos y letras.

Palabras en las que se habla de esta Gasteiz en la que la noche dejó ya de soñaren las que hay compromiso, crítica, juerga, mala leche. "En esa parte es Ray, su forma de vivir, de pensar, de sentir. Tiene su poética propia", describe Romero, al tiempo que añade que su compañero "devora muchos libros y duerme poco; claro, eso da para mucho". Aunque no descarta que el cantante y guitarrista "venga dentro de no mucho a algún ensayo con alguna nueva idea que quiera probar", ahora la intención del cuarteto es poder rodar todo lo que se pueda y más el contenido de Green Crapital sobre los escenarios. Es más, lo de volver al estudio va a esperar lo suyo.

"El grupo está activo, con ganas de directo y con un disco que creemos que tiene desarrollo. Además, Txarly necesita también acoplarse y tenemos la cabeza en eso". Eso sin perder que vista otra cuestión importante para el futuro de la formación. "Así como dicen que una persona tiene que escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo, toda banda debe tener un primer disco, uno sin nombre y uno en directo. Es ahí donde plasmas que no hay trampa ni cartón. Así que es algo que nos apetece y además con colaboraciones". De momento, este sábado, toda la atención va a estar centrada en Hell Dorado. A partir de ahí, la agenda se seguirá alimentando. Y no se descarta que esa grabación en directo pueda producirse, por ejemplo, el año que viene dentro del Raúl Aransáez Rock Festival, que no se ha podido llevar a cabo ni en 2020 ni este año. Todo llegará.

Una decena de canciones dan forma a un trabajo que se puede encontrar ya tanto en su versión física como digital

El cuarteto planea una cuarta referencia, pero no de estudio sino grabada en directo, "donde demuestras que no hay trampa ni cartón"