Dirección: Zhang Yimou. Guion: Zhang Yimou, Jingzhi Zou. Novela: Yan Geling. Intérpretes: Yi Zhang, Fan Wei, Li Xiaochuan, Yu Ailei, Yan Li y Liu Yunlong. País: China. 2020. Duración: 104 minutos.

n febrero de 2020, Un segundo se iba a estrenar en el contexto del festival de Berlín. A última hora, envuelta en un enigma no resuelto, se cayó de la programación y de One second no se supo nada hasta que, año y medio después, reapareció para inaugurar el SSIFF. Desde finales de los años 80, a Yimou le acompaña la sombra del imprevisible hacer político de su país de origen. Zhang Yimou carga con una cruz de incomprensible sentido. Tan pronto se le designa para dirigir la ceremonia de los juegos olímpicos en China como se le castiga por superar el número de hijos permitidos.

Como cualquiera de sus personajes, Yimou se mueve con humildad y obstinación. Con la primera acata incluso el sinsentido de un país que ha confundido el misterio con la alucinación. Con la segunda insiste en mantenerse en su sitio, en permanecer fiel a lo que ha decidido ser y representar.

Al mismo tiempo, e independiente de ello, sus registros fílmicos se mueven entre dos grandes y se diría que irreconciliables tonos: la épica y el melodrama Al primero pertenece su cine gigantesco de espadas y fabulaciones, el de las epopeyas fantásticas de coreografías imposibles y sincronismo improbable: Hero, La casa de las dagas voladoras, etc. Al dominio del sentimiento, tenga éste más o menos humor, Yimou le ofrece sus periplos interminables contra el destino y la crueldad como Camino a casa y Qiu Yu, una mujer china. Un segundo se inscribe en este territorio, el que admira a Chaplin y cree en la redención del amor.

En concreto, del universo Chaplin, a Un segundo le inspira El chico. Lógicamente del genio británico, Yimou recoge una lejana sombra. En este caso protagonizada por una huérfana poco dispuesta a dejarse llevar y por un convicto encerrado por haberse opuesto a los abusos de un representante del poder. Dos víctimas propiciatorias para el anonimato a las que Yimou sublima a través de un relato de humor amargo y reflexión política. Esa que se intuye malogró su estreno en Berlín al tiempo que la covid 19 traía funestas noticias de China.

Hoy, dos años después, Un segundo, en realidad dos fotogramas, recuerdan que, pese a sus altibajos, Yimou fue, es y será una de las mejores aportaciones chinas al mundo del cine.