Thor está un poco nervioso, así que sus cuidadores deciden alejarlo del lugar donde se está rodando una de las escenas de Irati, a los pies de la cueva de La Leze. Eneko Sagardoy mira a su compañero en tantas escenas durante estas semanas mientras el caballo se aleja y el actor intenta tomarse un pequeño respiro. En realidad, es Edurne Azkarate quien justo este martes tiene más planos que rodar. "Ahora estamos teniendo suerte con el tiempo pero cuando estuvimos en el Alto de Abodi, en mi primera jornada de grabación, a eso de las siete de la mañana el cielo cambió y me tenías que ver con varias personas de vestuario poniéndome mantas encima de lo que estaba tiritando", ríe el ganador del Goya al actor revelación de 2018 por Handia. "Claro, que los que están teniendo lo suyo son los del equipo técnico porque es un película bastante complicada para ellos en cada lugar al que vamos".

La selva de Irati, Opakua y en el castillo de Loarre, entre otras ubicaciones, acogen la segunda película del director vitoriano Paul Urkijo, que llega ahora al ecuador de las ocho semanas de rodaje que están previstas para dar vida a una historia en la que las localizaciones al aire libre tienen un peso específico. "Es una película de aventuras, de género histórico-fantástico-mitológico, por decirlo de alguna manera", apunta el realizador, que tiene ante sí el reto de superar las buenas sensaciones que generó su primer filme, Errementari. En aquella producción, él y Sagardoy ya compartieron camino. "No le noto diferente porque Paul sigue siendo un gran contador de cuentos y tiene un gran talento para ello. Su imaginario es muy fuerte y potente. En lo que tal vez sí ha cambiado es en que le veo más calmado, más tranquilo, se ha quitado esa presión de hacer la primera película, aunque todo sea ahora más grande", remarca el intérprete. Por de pronto, el presupuesto llega esta vez a los 4,3 millones de euros.

Sagardoy y Azkarate comparten reparto con, entre otros, Itziar Ituño, Iñigo Aranbarri, Kepa Errasti, Elena Ruiz, Nagore Aranburu e Iñaki Beraetxe, que suman sus talentos para llevar al público al siglo VIII, "al Pirineo protonavarro porque todavía no existe el Reino de Pamplona", describe Urkijo. "Es ese mundo en el que ya están medio instauradas las religiones del islam y el cristianismo, pero en el que todavía hay núcleos de paganismo, en los que la gente todavía cree en las deidades de la naturaleza y de la mitología vasca". Izena duen guztia, ba da. Todo lo que tiene nombre, existe. La conocida sentencia supone el gran cimiento del proyecto, de una historia en la que un grupo de guerreros cristianos y musulmanes se adentran en los recónditos bosques del Pirineo para intentar recuperar el tesoro de Carlomagno, que se encuentra en una profunda cueva donde, según dicen los lugareños, habita la antigua diosa Mari.

Ellos están liderados por Eneko Aritza, al que da vida Sagardoy, aunque el actor -al que casi cuesta reconocer debido a su transformación física, trabajo en el gimnasio incluido- aclara al segundo que el personaje no deja de ser "una versión muy libre" de quien fuera el primer rey de Pamplona. "Es una película fantástica y eso nos permite tomarnos nuestras licencias". Tanto él como la enigmática joven Irati, a quien interpreta Azkarate, y el resto del elenco comparten protagonismo, eso sí, con la naturaleza de Euskal Herria. "Estamos rodando en localizaciones maravillosas que están sirviendo para crear una atmósfera muy especial", apunta el actor, al tiempo que Urkijo remarca que "la mitología vasca está muy unida a la naturaleza, no se puede entender sin ella y por tanto, aquí tiene que tener un papel fundamental".

Así va a ser también en el resto de las cuatro semanas de rodaje que quedan, ya que pocos son los interiores que tiene un filme en euskera que toma como referencia El ciclo de Irati, de Juan Luis Landa y Jon Muñoz Otaegi. "¡Ensayo!". El grito se repite dos veces. Es mediodía y es necesario aprovechar la luz sobre la cueva de La Leze. "¡Silencio!". Se repite el grito otras dos veces. "¡Acción!" se le escucha decir a Urkijo. El humo lo ha inundado todo. Se ve si todo está condiciones y toca el momento de rodar. "Me siento afortunado porque pese a la pandemia sigo trabajando, pero es cierto que los rodajes han cambiado", asume con cierta resignación Sagardoy. "Por lo menos esta vez no voy de diablo", ríe el actor.

"Paul es un gran contador de cuentos y tiene mucho talento para ello"

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