- El viernes, Nuria Roca tuvo un día de lo más intenso. Presentó su nuevo proyecto televisivo, La roca. Es el programa que presenta a partir de hoy los domingos en La Sexta. Después tenía que ir a Zaragoza porque la obra La gran depresión está dentro del cartel de fiestas de la capital maña. Ella no es de las que se achanta fácil y está dispuesta a todo con tal de que sus proyectos lleguen a buen puerto. Vuelve a compartir plató con Juan del Val, su marido.

Un día ajetreado...

—Un día lindo. Me toca contaros lo que es La roca, estoy contenta.

Hablemos de las cartas que han guardado bajo la manga. ¿Cómo vendería ‘La roca’?

—Vamos a poder estar cuatro horas y media en directo y vamos a pasarlo muy bien. Cualquier cosa que ocurra en ese momento la vamos a contar en directo. Pretendemos que la semana empiece en domingo y que empiece de la mejor manera posible.

Tal y cómo está el mundo ninguna semana empieza muy bien, sea domingo o lunes.

—No podemos cambiar la actualidad, pero sí la podemos contar. Pero hay más. Para ello hemos articulado un programa alrededor del entretenimiento, de la actualidad...

¿Política?

—Por supuesto. La política también estará presente en La roca, es una parte nuestras vidas. Para cumplir nuestros objetivos vamos a tener tres mesas por donde van a ir pasando los colaboradores. La actualidad se va a colar en el entretenimiento y viceversa, con la política va a pasar lo mismo. Además, tenemos un sofá fabuloso por donde pasarán amigos y conocidos.

¿Los enemigos no se pueden sentar en el sofá?

Espero que no. Dime, ¿para qué quiero enemigos en mi sofá? Espero que todo el mundo que se una a La roca sea amigo y que nos ayude a crecer. Y si no lo es, que se convierta en amigo. Pero un enemigo no, no quiero eso en mi sofá.

Esta experiencia televisiva parece todo un reto. ¿Había hecho alguna vez algo similar?

—No en televisión, pero yo vengo de hacer cuatro horas de directo en la radio durante cuatro temporadas. Sea radio o televisión, tocas los mismos palos: actualidad, entretenimiento y política.

No es lo mismo hacerlo en radio que en televisión.

—No. Pero parte de la misma idea y se trata de trasladar lo que hacía en la radio a la televisión. Es cierto que en televisión tienes más condicionantes y tienes que estar pendientes de más factores. Además de Juan (del Val, su marido), estarán a mi lado Sara Ramos, Nacho García y Berni Barrachina. Ellos han estado conmigo en la radio. Se ha sumado Antonia San Juan. Habrá más colaboradores y entre todos iremos dando información, divirtiendo y opinando.

Ha pasado mucho tiempo desde que se presentó a un concurso para conseguir dinero para un viaje de estudios y se vio atrapada entre platós y cámaras de por vida. ¿Ha merecido la pena el viaje? ¿Qué le ha dado la televisión?

—Por supuesto que ha merecido la pena. Soy lo que soy por toda mi trayectoria y la televisión es una parte vital en mi existencia. La televisión me lo ha dado todo, me ha dado parte de lo que soy realmente. Cada uno estamos hechos de todas nuestras vivencias, de todas las experiencias. Yo llevo más años dentro de la tele que fuera. Soy espectadora también y disfruto de ella, pero profesionalmente le debo tantas cosas, ...también le debo sinsabores.

¿Sinsabores?

—Claro. Cuando un proyecto no ha salido adelante y ha sido un fracaso, duele; pero aprendes. Yo tengo una actitud muy positiva, soy muy optimista aunque cuando hay un fracaso te llevas un palo.

¿Dónde queda la escritura, una de sus facetas más conocidas?

—Ahora mismo está absolutamente relegada. No por ganas, sino por una necesidad imperiosa de no poder meterme de lleno en algo que requiere mucha dedicación. La relegué cuando estuve en la radio. Las cuatro horas de directo me absorbían mucho. A partir de ahí, ha habido un cúmulo de pereza, de olvido, de miedo... Algún día retomaré el hábito de escribir. Necesito tiempo.

¿Volvería a escribir a cuatro manos con su marido?

—Eso sí que lo veo difícil. Cada uno crece y evoluciona de una manera. Tienes que estar en mucha sintonía a la hora de contar una historia...

¿Tan difícil fue?

—Sí y no. Pero tenemos que encontrar esa sintonía. Si la encontramos, estupendo; pero no va a ser fácil. En ese punto cada uno estamos en un camino diferente. Ahora, nunca digas jamás.

¿Les resulta fácil trabajar en proyectos radiofónicos y televisivos en pareja?

—Para mí, sí. Si no fuera un disfrute no lo haría, no trabajaría con Juan. Me lo paso muy bien con él. Creo que tanto personal como profesionalmente nos complementamos muy bien, nos complementamos mucho y, en ese sentido, sumamos. El poder sumar como lo hacemos nosotros es una ventaja.

A veces están en el ojo del huracán. No digo que no haya halagos, pero en las redes hay muchas críticas a los dos. ¿Pesan mucho?

—En nuestra relación no. Pesan lo justo. A nadie le gusta una mala crítica. Si se hace desde el plano constructivo, bienvenida la crítica. Otra cosa es cuando se hace una crítica gratuita, entonces no me hace ninguna gracia. Cuando le caes mal a una persona y critica cualquier cosa que hagas, hasta respirar, no te gusta, pero no la tienes en cuenta para nada.

Se les considera una pareja muy provocadora.

—Ja, ja, ja... ¿Somos provocadores? Juan es una persona a la que le gusta mucho provocar.

¿Y usted?

—Bueno. Toda parte creativa tiene que tener una parte de provocación. Siempre se entiende la provocación como algo negativo y también puede ser muy positiva. La provocación te activa, te conmueve, te hace saltar. Pero ni Juan ni yo entendemos una provocación gratuita.

Se exponen mucho. ¿No les crea zozobra o desasosiego esa exposición pública?

—A mí no me la crea. No. Yo hago mi trabajo, Juan también hace el suyo. Otra cosa es lo que crea o piensa la gente que nos ve. A quien no le guste lo que hacemos, le es muy fácil, que cambie de canal. Creo mucho en la libertad individual de cada uno. Tienes que hacer un ejercicio de honestidad contigo mismo sabiendo qué te provocan ciertas cosas.

Actriz, presentadora y escritora. ¿Qué le queda por hacer?

—Seguir dándolo todo en el teatro. Esta tarde (viernes) tengo función en Zaragoza. Y también estoy absolutamente centrada con La roca. Tengo la sensación de que todos estos años trabajando han servido para llegar hasta donde estaba. Ahora tengo la oportunidad de tener entre manos lo que siempre he esperado. Cuando me preguntan qué es lo que me gustaría hacer, siempre digo que este programa.

¿Va a poder continuar con todo, ‘El hormiguero’, ‘La roca’ y el teatro?

—Sí. Por supuesto. Pero cada cosa en su momento. El estreno de La roca se ha juntado con la feria de Zaragoza y después iremos el 5 y 6 de noviembre a Bilbao. Es la última parada de La gran depresión, la obra que hago con Antonia San Juan. Dejamos el escenario hasta febrero, que es cuando llegaremos a Madrid y todo será mucho más fácil que una gira. Quiero decir que tengo muchas ganas de ir a Bilbao, al Teatro Campos.