Ya sabe lo que es destilar actitud y aptitud en Mendizabala dentro del Azkena Rock Festival. De hecho, es larga la lista de escenarios vitorianos en los que José María Sanz ha hecho de las suyas a lo largo del tiempo, incluso en algunos que ya no existen como tal, como pasa con el antiguo Kinvara, hoy The Garage. Pero todo ello parece quedar hoy muy lejos. Incluso aquella actuación el 24 de junio de 2017 en el marco del certamen con el que hoy se vuelve a encontrar, aunque parece que de aquello haya pasado un mundo. O, mejor dicho, una pandemia. Aún así, Loquillo regresa y lo hace para protagonizar un cartel que abrirá el nuevo proyecto Seda, aunque en sus filas hay nombres de sobra conocidos de la escena.

Desde hoy ya, en las cercanas tierras navarras, los conciertos pueden acercarse a aquello que antes se llamaba normalidad, con el público de pie y sin límite de aforo, aunque se mantengan algunas medidas como el uso de la mascarilla. Ojalá no se tarde mucho en seguir el mismo camino por estos lares. De hecho, cabe preguntarse la razón por la que no se ha hecho ya igual. Con todo, seguro que la cita de hoy en el Iradier Arena hará vibrar a lo grande a todo el público presente. Por cierto, alguna entrada queda todavía, pero tampoco sería bueno esperar al último momento.

Para compartir este viernes dentro de la edición especial que el Azkena Rock está viviendo desde la semana pasada, se ha preparado un cartel que arrancará con la presentación en la capital alavesa de Seda, el nuevo proyecto de Virginia Fernández. Como está siendo costumbre todos estos días, el motor en la plaza de toros se pondrá en marcha a partir de las 19.30 horas. Allí estarán esperando la incombustible artista junto a una banda en la que se reúnen intérpretes bien curtidos en otras propuestas. The Belly es el título del disco que a modo de tarjeta de presentación se publicó hace no mucho, la excusa perfecta para lo que sucederá hoy en la capital alavesa.

Tras la banda vizcaína, será el turno de un creador que no necesita ser presentado. El Loco tampoco ha podido escapar a los efectos de la pandemia, por supuesto, pero por lo menos está pudiendo recuperar en los últimos meses parte de la gira de su más reciente referencia, El último clásico, un trabajo que vio la luz a finales de un 2019 en el que la situación sanitaria actual no era ni siquiera imaginable, un contexto en el que, a pesar de todo, incluso él pudo hacer en el verano de 2020 algo que parecía imposible en esos instantes, tocar en el WiZink Center ante unas 1.700 personas.

A la espera de que todo vaya cambiando, sin duda la de hoy es una oportunidad inigualable para reencontrarse con un artista referencial para varias generaciones. Eso sí, Loquillo no es solo pasado, no se define por lo ya hecho y conseguido, sino que siempre mira al presente, como demuestra su más reciente álbum. Vivir de las rentas es para otros.