Los dos primeros pases ya tienen el cartel de completo colgado en la taquilla. Y para el resto de citas es mejor no esperar demasiado. La cuadragésimo sexta edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz inicia este jueves su camino y lo hace con una propuesta muy especial tanto en las formas como en los fondos. De eso se van a encargar diferentes compañías alavesas que trabajan en el campo de las artes escénicas aunque con lenguajes y propuestas diferentes entre sí, que ahora se suman para hacer realidad Plató. El antiguo Depósito de Aguas es su campo de acción, donde en cada una de las ocho sesiones previstas van a poder entrar 50 personas que no van a ser espectadores de un montaje al uso, sino participantes en una experiencia singular, inmersiva y lúdica.

Todos los pases se van a producir a las 19.30 horas, aunque tanto para este jueves como para el viernes 1 de octubre está todo agotado. Sí quedan entradas (12 euros cada una) para las sesiones que se producirán los días 2, 3, 6, 7, 8 y 9. Junto a los presentes se encontrarán los componentes de Sleepwalk Collective, Proyecto Larrua, Parasite Kolektiboa y Tripak, compañías de sobra conocidas dentro y fuera de la escena vasca, en varios casos con ya un amplio camino también en el campo internacional. En definitiva, talento y calidad con sello local que tiene toda la intención de poder llevar Plató a otros puntos pero también desarrollar a futuro más proyectos, más allá de que sea complicado cuadrar tantas agendas.

No en vano, esta primera producción se hace carne ahora tras más de año y medio de trabajo, pandemia incluida, una labor de investigación y creación colectiva que ha tenido sus impulsos más importantes en las residencias que se han llevado a cabo en espacios también de referencia en Álava como Garaion y Baratza, más allá de que en las últimas jornadas el camino se esté finiquitando en el propio centro cultural Montehermoso.

Tomando como referencia la caverna alegórica de Platón, el montaje no se traduce en una historia narrativa construida y representada bajo los cánones habituales. Busca sumar diferentes capas para compartir con el público un espacio para la reflexión sobre sí mismo, sobre esta sociedad en la que se encuentra, sobre la posibilidad de imaginar otras vías para desarrollarse, para no seguir siendo esclavos. Palabras, músicas, gestos, movimientos, objetos... todo sirve, suma, completa y se aprovecha para construir una propuesta en la que todos los intervinientes se sientan identificados y, al mismo tiempo, les haga ofrecer algo nuevo dentro de sus respectivas trayectorias.

A la espera de compartir con el público, es en el proceso que ha llegado hasta aquí donde las compañías participantes encuentran el mayor valor de una aventura que podía haber sido pesadilla pero se ha convertido en sueño hecho realidad. La prueba, la confianza en el otro, la admiración por el trabajo de los demás y el tener un sí en la boca siempre antes que un no o un pero, son los fundamentos de una creación en conjunto que ha querido ser horizontal, escapando de imposiciones y jerarquías, sino sabiendo beber de las experiencias, aportaciones e ideas de los implicados.

Marina Suárez, Iara Solano, Hannah Frances Whelan, Aritz López, Helena Wilhelmsson, Unai López de Armentia, Samuel Metcalfe y Danel Ibisate -en diferentes facetas al mismo tiempo en varios casos- son el principio y el final de Plató, de una producción que ha contado con el apoyo a la creación del Gobierno Vasco, de la Red Municipal de Teatros de Vitoria, de Fundación Vital, Garaion y Baratza, así como la colaboración de Montehermoso. El antiguo Depósito de Aguas espera. El Festival Internacional de Teatro de Gasteiz está a punto de empezar.