ara su ópera prima, la danesa Tea Lindeburg ha decidido partir de una novela de 1912 de una escritora incluso poco conocida en su país, Marie Bregendahl. El resultado es As in heaven, un filme protagonizado por mujeres a la que la pandemia ha dado una nueva lectura bajo la imperecedera batalla entre la fe y la ciencia. “No es una película política, pero su temática se ha convertido en cuestión política”, explicó ayer la cineasta en la presentación de este filme que compite por la Concha de Oro y que tiene como protagonista a una niña de 14 años que está a punto de dejar su granja familiar para ir a la escuela. No obstante, la casualidad, o quizás Dios, está a punto de tirarlo todo por la borda cuando una noche su madre empieza a tener complicaciones con un parto.

En esa situación empieza un tira y afloja entre las mujeres partidarias de llamar al médico y las que opinan que, de fallecer la madre, sería un designio del Todopoderoso. “Creer en algo cuando tienes la necesidad de cambiar algo o está sucediendo una tragedia es muy normal. No hace falta ser creyente para ello”, opinó uno de los productores del filme, Jesper Morthosrt, quien no quiso hacer una comparación entre los personajes y los negacionistas de hoy día.

Toda esta dicotomía se produce en una sola noche que el espectador sigue a través de la mirada de la niña protagonista, a la que da vida Flora Ofelia Hofman. “Es ante todo una historia de mujeres. Es muy raro saber de mujeres de esa época (finales del XIX) y es lo que me atrajo de la historia”, reveló la directora, en cuyo historial únicamente figura una serie para Netflix en su país.