la calle que ya es hora/de pasearnos a cuerpo/y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo", escribió Gabriel Celaya en memorable poema. Medio siglo después, ETB hace suyos los versos del hernaniarra para reconquistar la tarde, perdida por desgaste de materiales y evolución de los gustos. Nos echamos a la calle es su nuevo magazine, mezcla de fórmulas anteriores con alguna innovación y cuyo afán es dar la palabra a la gente a costa de quitársela a los contertulios -clones de la clase política- que la tenían monopolizada con sus previsibles opiniones. La era tertuliana en Euskadi huele a muerto y da paso a reporteros que, cámara al hombro, acuden a dos localidades cada día a mostrar su realidad, sin más razón (ni conflictos, ni incendios, ni botellones) que la de vivir feliz y serenamente, que no es poco.

Al clásico reporterismo que se adentra en casas, bares y plazas, inspirado en Euskadi directo, le han añadido un panel de ciudadanos que desde las pantallas de sus ordenadores opinan sobre asuntos reales y poco metafísicos. Si estamos en la era del teletrabajo y la teleducación, ¿por qué no crear también el teledebate? La no presencialidad se compensa con más pluralidad y menos partidismo. Por su alto valor social, el programa debería consolidarse con la credibilidad que aporta la inédita pareja formada por Ane Ibarzabal y Aitor Albizua.

¡Lo que nos ha costado llegar a esta libertad comunitaria y lo retrasados que van en España! Hace poco llegaron a Bilbao cientos de abogados para unas jornadas profesionales y en el acto de apertura en el que intervino, en euskera, el lehendakari, algunos abandonaron ruidosamente el Euskalduna creando una tensa situación. Urkullu paró y les hizo un reproche de silencio mientras esperaba a que esa torcida chusma del derecho se marchara con todo su fascismo a cuestas.