- Tras un cambio reciente al frente de Brothers in Band, banda de tributo a Dire Straits, el italiano Ángelo Fumarolo es su actual guitarrista y cantante, el encargado de sonar como Mark Knopfler al mástil y al micrófono. Músico ecléctico y autodidacta, el italiano espera con ansia su concierto en Vitoria-Gasteiz en el festival Musik Fest, hoy sábado en el Buesa Arena, para provocar con el público "un intercambio mutuo de emociones", dice en esta entrevista a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

Es usted guitarrista solista y cantante en Brothers in Band desde hace dos años. ¿De dónde proviene?

-Soy un músico 100% autodidacta. Comencé a tocar en casa cuando tenía quince años, pero ya antes recuerdo que me atraían el piano y la guitarra, incluso los solía mirar antes de aprender a tocarlos, y los escuchaba en muchos discos. Mi primer acercamiento fue comenzar a tocar el piano, solo algo de rock and roll y blues, luego comencé con la guitarra.

¿A qué edad?

-A los 18 años tuve mi primer concierto en vivo con unos amigos, al aire libre en una plaza. Estaba emocionado, así que seguí tocando en vivo desde mediados de los 90 en varias bandas, incluida Rocking Fingers, un tributo local a Dire Straits que todavía existe, y comencé a ser algo conocido en foros de fans del grupo tras subir vídeos tocando en vivo y en casa.

Creo que le apasiona el escenario.

-Tuve y tengo mucha actividad en los escenarios, ya que creo que es un intenso e importante gimnasio muy útil para formarse como un músico seguro. He tocado en muchos pubs, conciertos al aire libre, fiestas privadas, festivales y convenciones con bandas de rock, blues, country-folk y rockabilly. En toda Puglia, la región italiana donde vivo, en otras regiones del país e incluso fuera de Italia, en Alemania y Bélgica.

Tiene un timbre vocal muy similar al de Mark Knopfler. ¿Es propio o se puede trabajar vocalmente para acercarse a él?

-Al principio mi voz no era tan redonda, siempre esperaba que empezaran los solos de guitarra, pero cuanto más he cantado más ha mejorado mi voz. Musicalmente soy muy ecléctico, y siento profundamente que esto ayuda a la parte del tributo, porque para tocar y cantar bien hay que ser un verdadero músico, no solo alguien que imita a un artista sin la debida formación. Respecto al timbre, no trabajé ni lo hago para que sea similar al de Mark, es simplemente mi timbre natural y nunca recibí clases de canto. Es solo una cuestión de sentimiento. A veces me preguntan también sobre el tono de la guitarra. Pues es lo mismo, es simplemente tocar mucho sin estrés y estar en sintonía con la música y las canciones. Solo toco y canto; y lo siento. Amo la música y tocar la guitarra, y en esta banda expreso mi estima y respeto por mis héroes, los Straits y Mark Knopfler, que tanto me influenciaron en mis años de juventud. Tuve la suerte de verlos en un estadio en Italia, en 1992. Tenía 16 años.

Su dominio del 'fingerpicking' es impresionante.

-Soy autodidacta, como otros guitarristas, del propio Mark Knopfler a Jimi Hendrix, David Gilmour o Eric Clapton. Aprendí escuchando discos de joven y tocaba sobre ellos en mi habitación. Era solo por placer personal. Hasta que vi que podía tocar en directo y la música se convirtió no sólo en un gran amor y pasión, sino también en un trabajo, así que me volví más y más profesional. Mis estudios fueron escuchar discos aunque más tarde leí libros de teoría musical. Todavía lo hago, porque la música es interminable y siempre puedo aprender mucho de todos y de cada experiencia.

¿Tiene alguna etapa preferida de Dire Straits?

-La de los años 80, porque el tono de Mark era el más icónico, limpio pero potente. Además, fue cuando compuso sus mejores canciones, que les convirtieron en una banda de éxito mundial. Me encanta el sonido de Making movies, tiene una calidez que no tiene ningún otro de sus discos. Creo que Tunnel of love es su canción más hermosa. Tiene todo el calor, el corazón, la dinámica, el sonido, la melodía, las emociones, la historia... Es una obra maestra. Años después descubrí que también era la canción favorita del padre de Mark. Fue una sensación agradable saber que tenía la misma opinión que Erwin Knopfler.

Por cierto, ¿qué opinión tiene de la carrera en solitario de Mark, más intimista y cercana al folk y el country.

-Es la consecuencia natural del hecho de que en los 80 y principios de los 90 el grupo era tan grande que el propio Mark, siendo un músico humilde, empezó a sentirse incómodo con toda esa maquinaria. Las raíces del rock son el blues y el country, así que respeto su decisión de rediseñar su carrera. Tengo todos sus discos, son más de raíz que los del grupo, y me encantan. Como los años de los Straits están ya tan lejos, nosotros aportamos la alegría de hacer revivir al público esos mágicos momentos y canciones históricas.

Imagino que el reto del grupo será que el público cierre los ojos y sienta que Mark y los suyos están en el escenario ¿no?

—Exactamente, nuestros conciertos son una celebración de la música de Dire Straits, con todo el respeto a Knopfler. La canción es el rey. Nos importa el sentimiento, la forma de tocar, los sonidos... La gente se da cuenta cuando tocas con alegría y pasión, y siempre es un intercambio mutuo de emociones.