- La directora brasileña Sandra Kogut habla en Tres Veranos de la situación brasileña actual, relacionada con las clases sociales y las consecuencias de los actos de corrupción, y cuyo objetivo, cuenta, es “aportar un humor humano, que nos haga reír con la gente y no señalar con el dedo a nadie”. La película, que llegó ayer a las salas españolas, habla de un momento muy específico de Brasil (entre los años 2015-2017), previo a la llegada de la ultraderecha al gobierno, en el que los escándalos por corrupción inundaban todos los telediarios.

La directora, que estaba centrada en otros proyectos, los dejó de lado para centrarse en contar la historia de las personas que rodeaban a los ricos y poderosos, que generalmente no se dan cuenta cuando se producen este tipo de escándalos. “Me pregunté: ‘¿qué les pasa a estas personas?’ Nunca oímos hablar de ellos: eran extras, invisibles, estaban fuera de escena”, cuenta. La también documentalista confiesa, que en el proceso de preproducción le pasaron cosas “súper surrealistas” que luego se ven reflejadas en la película. “Cuando buscamos las localizaciones de la casa vivimos situaciones como una de las escenas que salen en la película. Era muy difícil, porque por un lado había gente que no quería implicarse por el tema de la película y otra porque tenía su dinero bloqueado”, detalla. Fue un paseo en yate por un condominio de lujo donde cada casa que veían como posible para rodar la película era propiedad de algún corrupto que estaba en la cárcel, “o de algún futbolista”, se ríe Kogut. Lo más curioso es que los dueños de la casa que alquilaron “vivieron dentro, con sus empleados, mientras rodábamos”. “Imagínate la situación de todos”, apunta.

La historia atraviesa tres veranos, siempre entre las semanas de Navidad y Año Nuevo en la misma casa de la playa de Río de Janeiro. Tres veranos decisivos en la vida de una familia muy rica y la de los cuatro empleados que conviven con ellos. Solo una, el ama de llaves, Madá (Regina Casé) trabaja todo el año con los dueños. Madá logra mantener su buen humor, su sentido de lealtad hacia quienes lo merecen y su ojo de águila para las oportunidades. “El humor es su forma de resistencia”, señala Kogut. El primer verano todo es lujo; el segundo, el padre de familia es detenido y su esposa desaparece con el hijo y el dinero, y los empleados no cobran; el tercero se resuelve con supervivencia y camaradería hasta que, con la llegada de 2018, es decir, de Bolsonaro, todo se vuelve incógnita.

La película se presentó en el Festival de Málaga de 2020, donde se alzó con los premios a la mejor actriz (Regina Casé, ex aequo con Kiti Manver, por “El inconveniente”) y el premio del jurado de la Crítica.