Junto a Niña Coyote eta Chico Tornado, el cuarteto Belako regresa esta tarde a la capital alavesa. El escenario del Iradier les espera, quedando todavía algunas entradas a la venta. A las 19.00 horas se abrirán las puertas.

A pesar de todo han podido sacar el disco y llevar a cabo una agenda de conciertos más que destacable. ¿Contentos o ya es que nos agarramos a cualquier clavo ardiendo?

-(Risas) De primeras te diría que nos podemos dar con un canto en los dientes por todo lo que estamos pudiendo hacer comparando la situación con otras bandas. Lo que pasa es que está siendo una película con diferentes partes y depende de en qué momento me hagas esta pregunta, igual te contesto una cosa u otra. Al principio nos vino la depresión de ver cómo todos los planes que teníamos, gira incluida, se caían. Luego vinieron momentos algo más animados, cuando pensamos en que teníamos que hacer cosas como fue lo de los autocines en verano. Conseguir sacar el disco, cuando pensábamos que iba a ser imposible en 2020, fue algo muy importante. Así que hemos ido de la tristeza al ánimo sin solución de continuidad. A día de hoy, en agosto de 2021, estamos en un momento, insisto, en el que nos damos con un canto en los dientes, aunque si te digo la verdad, tenemos en la cabeza la idea de que estos conciertos sean ya los últimos con la gente sentada y tantas distancias.

Ojalá sea así.

-Es verdad que esto es mucho mejor que nada. Además, este formato de conciertos está permitiendo que los músicos y la gente de la industria podamos seguir adelante y vivir. Además, ves que al público las actuaciones les da mucho. Pero esperamos que estas sean las últimas pinceladas de los conciertos pandémicos para empezar a dar caña como lo hacíamos antes.

Seguro que ha ido como espectador a más de un concierto estos meses. ¿Muy diferente a estar arriba?

-Todo el mundo se da cuenta de que los conciertos no son lo mismo. Tampoco creo que esta situación sea igual de mala para todos los tipos de música. Hay conciertos que igual no se ven tan perjudicados por el hecho de tener a la gente sentada, pero hay otros, los que invitan más a moverte, en los que sí notas mucho el cambio. Aún así, las actuaciones en las que he estado siempre han sido positivas. Sí, en más de una me he quedado con las ganas de levantarme y darlo todo. Y es algo que, cuando tocas, también percibes desde arriba, que hay mucha gente que quiere hacer eso, pero no puede. Todos estamos con el chip de que esto es lo que hay, pero esperemos que en breve la situación sea diferente.

Hace justo un año del lanzamiento de 'Plastic Drama', que es un disco sobre el que había muchas expectativas puestas, también por parte de la banda. ¿Las ha cumplido o todavía les tiene que dar mucho más?

-Estamos muy felices con lo que ha sido el disco, aunque siempre será nuestro álbum pandémico, si se quiere ver así, un disco un poco maldito ya que con él habíamos conseguido atar una gira muy importante que iba a pasar por muchos países y que, al final, no ha sido. Pero bueno, no nos queda más que asimilar las cosas y tirar hacia delante. Un año después de la publicación ha cumplido de sobra las expectativas. Aunque no ha habido gira internacional es un álbum que ha recibido críticas y reseñas muy positivas de medios ingleses, americanos e incluso asiáticos. Eso sí que no nos lo esperábamos porque al principio pensábamos que se iba a quedar un tanto perdido por la situación. Sin haber podido tocar en el extranjero, es un disco que nos ha abierto unas cuantas puertas. Además, nuestros discos son como nuestros hijos, no nos sale querer a unos más que a otros. Queremos a Plastic Drama igual que a los demás más allá de que sea el disco pandémico.

Ahora que me habla de hijos, el suyo es un matrimonio a cuatro que está a punto de cumplir diez años. ¿Si han superado juntos una pandemia, ya nada podrá con esta familia?

-(Risas) Te diría que sí. Realmente esto ha sido una prueba para mucha gente y también para nosotros. Ha hecho que nos cambie las formas de ver las cosas y las maneras en las que nos relacionamos. Entre nosotras cuatro, si no hemos acabado mandando todo a la mierda ha sido porque nos queremos mucho. Siempre hemos sido de tirar para delante y si alguien ha tenido momentos de estar más bajo, ahí ha estado el resto para apoyar. Y aunque no tenemos canciones nuevas terminadas como tal, Belako ya está pensando en el quinto disco, que estamos seguros que va a ser el mejor. Seguiremos y lo haremos sabiendo que los conciertos, las giras, las salas, los festivales y que todo va a volver. Hemos conseguido sobrevivir a todo esto y sabemos que solo puede venir lo mejor.

De momento, toca actuar en Gasteiz hoy, además junto a Niña Coyote eta Chico Tornado. Son dos propuestas diferentes pero que también tienen sus puntos en común.

-Sobre todo en cuanto a actitud, en cuanto a lo que sentimos en el escenario. En eso somos muy parecidos, sí. Nosotros damos lugar también a momentos más tranquilos, más melódicos e incluso más electrónicos. Pero somos familia musical, hemos tocado con ellos en muchísimos sitios, incluso en Rusia. Y por eso, volver a coincidir con ellos en unos tiempos en los que, por la pandemia, casi no tienes relación con otras bandas y músicos, nos hace especial ilusión, sobre todo siendo en Gasteiz.