esultafácil ubicar Abbey Road, la calle del disco de The Beatles; el monumento Rushmore de In rock, de Deep Purple, con las cabezas de los presidentes estadounidenses, o el desierto del Joshua Tree, de U2. ¿Pero controlas dónde está la pared en la que se apoyaban Ramones en su debut, la piscina del Nevermind de Nirvana o el cementerio de las portadas de Joy Division? A ello y a muchas preguntas más responde Under covers: historias en cubiertas (Ondas del Espacio), un libro de Julio Le Marchand que propone un viaje único a través de las localizaciones de las portadas de un centenar de discos icónicos del pop y el rock.

Le Marchand (Granada, 1986), editor, arquitecto, DJ y autor de libros relacionados con la música, considera que esta nos propone “un viaje en todos los sentidos, una exploración de lo desconocido y hacer turismo por otros mundo”. Durante el confinamiento, la utilizó como “vía de escape” y, con la ayuda de Google Maps y Streetview, “a golpe de clic”, se le ocurrió mostrar cómo eran realmente esos lugares inmortalizados en las portadas de discos, además de dónde se encontraban, si existían aún o habían sufrido mutaciones radicales.

Una especie de atlas musical es este esclarecedor libro centrado en portadas del rock “y todas sus vertientes”, de los años 60 hasta nuestros días, ofrecidas en orden alfabético, según sus autores, y que confirma que en el pop y el rock “lo visual es un elemento indispensable y crucial”, como defiende en el prólogo Borja Prieto. “La portada lo es todo, a veces hasta una síntesis del contenido y su arte forma parte de la iconografía pop”, según el exteclista de Meteosat y artista de vanguardia, para quien Le Marchand va más allá al “ubicar geográficamente esas imágenes que han cambiado nuestras vidas”.

Orientado al “turista musical”, escrito en castellano e inglés y profuso en fotos, historias y anécdotas, Under cover muestra en sus 256 páginas las peculiaridades de los lugares a los que están vinculadas, las razones por las que se eligió una ubicación concreta, quién las fotografió o cómo se desarrolló el proceso creativo para conseguir la instantánea definitiva. Quien lo consulte se topará con Amy Winehouse paseándose por el número 8 de Princelet Street, en Londres, que aparecía en Frank, y saltará de golpe a Washington, a la localización onírica de Snoqualmie que inmortalizó Twin Peaks. Sin solución de continuidad se sumergirá en los suburbios del Houston que retrató Gabriel Jones para Arcade Fire. Y contrapondrá cincuenta años al enfrentar la casa de Favourit worst nightmare, de Artic Monkeys, ya derribada, con la playa de Malibú de Surfin’ safari, de Beach Boys.

El libro, que enfrenta las portadas con instantáneas actuales de los lugares retratados, ofrece varias curiosidades, como la aparición de varios cementerios, en el caso de Within the realm of a dying sun, de Dead Can Dance, el de Père Lachaise de París, y el Di Staglieno, en Génova, que usó Peter Saville para Joy Division; algunos hoteles, como el Morrison Hotel, de The Doors, en South Sope street, o el mítico Hotel California, de Eagles, sito en Sunset Boulevard, en Beverly Hills, o el regreso a la casa natal de Eminen, en Detroit, para The Marshall Matters LP.

Lo rural y lo urbano se contraponen. Destacan parajes desérticos como el de Hollywood town hall, de Jayhawks, en el condado de Harver; el elegido por Kyuss para Welcome to Sky Valley, en el desierto de California; el playero de Neil Young para On the beach, en Santa Monica; la señal de Ceda el Paso en un lugar olvidado de Wolf Creek, en Montana, para Yield, de Nirvana, o la planta trepadora kudzu de un bosque de Athens, para Murmur, de REM. Al otro extremo, edificios como el de Marks Place, en Nueva York, elegido por Led Zeppelin para Psysical Graffiti; el de Madison Avenue, para Penthouse, de Luna; la mítica fábrica Battersea Power Station, con su célebre cerdo-globo, fotografiada para Animals, de Pink Floyd, o el Yankee Hotel Foxtrot de Wilco, en Chicago.

Y aunque la mayoría de las portadas se localizan en Estados Unidos y Reino Unido, también hay otras más exóticas en Japón, Italia, Islandia, Alemania, Andalucía... Echo & The Bunnymen usaron para Porcupine (1983) una foto de Brian Griffin de las cascadas heladas de Gullfoss, cerca de Reikiavik; Mogwai retrató el Fuji Bank Ebisu Branch, en Tokyo, para Young team, y Pond, una calle de Perth, en Australia, en su disco The weather. Junto al libro se entrega un código con un mapa virtual para revisitar las ubicaciones en cualquier momento y desde cualquier lugar, además de una playlist con música de todos los discos incluidos para escucharlos mientras se lee.

Bob Dylan: ‘The freewheelin’. 1963.

Dylan aparece junto a su novia de entonces, Zuze Rotolo, con quien vivía en la West 4th Street, en el Greenwich Village de Nueva York, donde Don Hustein tomó la fotografía bajo la nieve. La eligió porque le recordaba a un retrato de su ídolo James Dean.

The Beatles: ‘Abbey Road’. 1969.

Fotografía de Iain McMillan, que tardó veinte minutos en hacer media docena de tomas subido a una escalera. En la acera, aparece un turista americano. Es la calle de los estudios de EMI. El muro aparece hoy con miles de inscripciones de sus fans.

The Clash: debut homónimo. 1977.

Fotografía de Kate Simon en el Candem Town de Londres. Aparecen sin su batería, Terry Chimes, a punto de ser sustituido por Topper Headon. La rampa, que estaba junto al local de ensayo del mejor grupo punk de la historia, es hoy una escalera.

David Bowie: ‘The rise and fall of Ziggy Stardust’... 1972

Ziggy aterrizó en la Tierra en 1972 en un oscuro callejón londinense. Y allí posó Bowie en esta foto de Brian Ward, tomada en el número 23 de Hedon Street, junto a una oficina de Correos. La imagen, en blanco y negro, la coloreó con aerógrafo Terry Pastor.

Ramones; debut homónimo. 1976

El diseñador Arturo Vega y la fotógrafa Roberta Bayley -que cobró 125 dólares- dieron a conocer al gran grupo punk apoyado en una pared de un jardín comunitario del Bowery, cerca del CBGB, en Nueva York. Johnny aparece agachado y Tommy, de puntillas sobre un bordillo.

Black Sabbath: debut homónimo. 1970.

Imagen de la campiña inglesa, en Reading. Junto a un molino de agua aparece una figura que se especuló que fuera una bruja auténtica o el cantante Ozzy Osbourne travestido. La modelo era Jouisa Livingston y permaneció cincuenta años en el anonimato.

Nirvana: ‘Nevermind’. 1991

Cobain flipó con un documental de partos en el agua y el fotógrafo Kirk Weddle pidió prestado a unos amigos a su bebé de cuatro meses para esta cubierta tomada en una piscina en Pasadena. El billete se añadió digitalmente. Geffen quiso tapar el pene del niño.

Fugazi: ‘In on the kill taker’. 1993.

El cineasta Jem Cohen utilizó una amarillenta Polaroid velada del monumento de Washington. Su diseño fue hecho a mano y adquirió tintes proféticos, ya que tocaron ese mismo año junto al obelisco en tributo a Luther King ante 5.000 fans.

Kendrick Lamar: ‘To pimp a butterfly’. 2015.

La carpeta de una de las joyas del hip hop de este milenio fue tomada, en blanco y negro y ante la Casa Blanca, por Dennis Rouvre. Junto a Lamar aparecen sus colegas del barrio de Compton. En primer plano, un juez blanco que parece estar muerto.

“El libro es un viaje en todos los sentidos, una exploración de lo desconocido y hacer turismo por otros mundos”, reconoce Le Marchand