irigido por el británico ganador de un BAFTA Mobeen Azhar, el documental de la BBC (grabado en otoño de 2020) viaja a varios de los lugares más significativos en la vida de la Britney Spears (Mississippi, 1981) y plantea la duda de si la curatela solicitada por su padre y mantenida aún hoy, a sus 39 años, esconde intereses económicos. Así lo denuncian muchos de sus seguidores, unidos a través de las redes por un movimiento bautizado como #FreeBritney que pide la liberación de la artista y que acusa al entorno de la cantante de tenerla secuestrada para aprovecharse de su fortuna.

En la cinta, Azhar se reúne con varios de ellos. Algunos estuvieron ayer manifestándose a las puertas del juzgado de Los Ángeles que decidirá el futuro de esta figura legal, el día en el que la artista (por vídeoconferencia) declaró sobre su custodia. La defensa de los fans a Spears va más allá de la pasión por la figura de la princesa del pop y se ha convertido en una exigencia de respeto a sus “derechos humanos” y civiles, como aseguran algunos de ellos en el documental.

A sus 39 años, Britney Spears no tiene control sobre su vida desde que en 2008, ante varios episodios de escándalo público y por sus problemas con las adicciones, la cantante (y su fortuna, estimada en 60 millones de dólares) quedó bajo la tutela legal de su padre, James Parnell Spears. Tiempo después de su crisis la artista se rehabilitó, lanzó nuevos discos al mercado y protagonizó uno de los espectáculos más vistos de Las Vegas, pero la tutela sobre la intérprete de Oops!... I did it again nunca fue revocada.

“Fui a Los Ángeles en busca de la verdad de cómo Britney Spears, una de las mayores estrellas del pop del planeta, terminó bajo tutela. Me encontré en un mundo de abogados, superfans y paparazzis y pasé tiempo con muchas de las personas que han tenido un asiento en primera fila en la vida de Britney”, apuntó Azhar en un comunicado distribuido por Movistar+. El director trata de unir las piezas que revelan la situación real de la artista y para ello acudió a los testimonios que están a favor o en contra de la curatela. Entre ellos están los de su exmaquillador Billy Brasfield; su excoreógrafo, Brian Friedman o el del famoso y polémico bloguero Pérez Hilton, quien cree que “de no ser por la curatela Britney estaría muerta”.

También de la abogada experta en curatelas Lisa MacCarley, quien denuncia que el caso es el paradigma “de un fallo del sistema. El día que la privaron de su propio abogado, que ella pudiera elegir, fue el día que la ley le dio la espalda a Britney Spears”, apunta en la cinta.

La batalla por Britney recorre distintos escenarios de Los Ángeles, Las Vegas e incluso viaja a Kentwood, Louisiana, el pueblo en el que se crió esa “niña dulce” que “parece solo una clienta habitual que viene a comer”, cuenta una camarera de su restaurante favorito. En el museo de la ciudad están expuestos los muebles de la habitación infantil de la artista, donde su directora la define como “una niña que creció siendo expuesta”. Cuando lanzó ...Baby one more time y arrasó en las listas de ventas tenía 16 años y ya varios años de carrera.

La batalla por Britney ha llegado después del interés suscitado por otro documental del New York Times, Framing Britney Spears, estrenado hace unos meses, que también investigaba la tutela legal sobre la cantante y revisaba las luces y sombras de su trayectoria. Netflix también está preparando su propio documental, dirigido por Erin Lee Carr. Tanto interés por su vida, en plena batalla legal sobre sus derechos, hizo que la artista comentara hace unas semanas en redes sociales que se siente “profundamente halagada” por el interés suscitado, unas palabras cargadas de ironía en las que calificaba de “hipócritas” a todos los documentales que se han elaborado sobre ella. “Tantos documentales sobre mí este año con las opiniones de otras personas sobre mi vida... Estos documentales son tan hipócritas... critican a los medios y luego hacen lo mismo?????”

Pese a que lleva años fuera de los escenarios y sin sacar un disco, la vida de la artista sigue despertando el interés de las masas y de los medios. El martes, The New York Times publicó una exclusiva en la que aseguraba que Spears se opuso en 2014 a que su padre continuara como su tutor legal, para lo que invocó sus problemas con el alcohol y un control excesivo. Según una serie de informes judiciales inéditos, en aquel entonces el abogado de Spears, Samuel Ingham, afirmó que la artista tenía miedo a su padre y quería sacarlo completamente de la tutela. Unas revelaciones que echan más leña a un fuego que parece lejos de apagarse.

La defensa de los fans va más allá de la pasión por la princesa del pop, es una exigencia de respeto a sus derechos humanos y civiles

A sus 39 años, Britney Spears no tiene control sobre su vida desde que en 2008 quedó bajo la tutela legal de su padre