- El escritor y guionista francés Emmanuel Carrère (París, 1957) obtuvo ayer el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2021, dotado con 50.000 euros y al que optaban 33 candidaturas de veinte nacionalidades, por una obra “personalísima y generadora de un nuevo espacio de expresión que borra las fronteras entre la realidad y la ficción”.

El jurado, presidido por el académico Santiago Muñoz Machado, destacó que Carrère ha contribuido “al desenmascaramiento de la condición humana” mediante un retrato incisivo de la sociedad actual con una obra que disecciona la realidad “de manera implacable”. Además, incidió en que el segundo autor francés que obtiene el galardón tras la novelista Fred Vargas, premiada en 2018, ha ejercido una notable influencia en la literatura contemporánea y ha mostrado “un fuerte compromiso con la escritura como vocación inseparable de la propia vida”.

Carrère, cuya candidatura fue presentada por el físico español Miguel Echenique Landiríbar, ha ofrecido en cuatro décadas una obra densa, crónica de su tiempo y a la vez de sus propias experiencias familiares o religiosas tras despuntar en la cultura popular con El adversario (2000). En esa obra noveló la vida y el pensamiento de Jean-Claude Romand, figura de la crónica negra en Francia tras asesinar a su esposa, sus dos hijos y sus padres, y cuyo juicio él cubrió como periodista, un libro que supuso un punto de inflexión y que le hizo sentirse libre para escribir a partir de hechos verídicos y cuyo éxito recompensó siete años de investigación.

Para entonces ya había publicado L’amie du jaguar (1983), Bravoure (Bravura) (1984) o La Moustache (El bigote) (1986), inicios en la ficción completados por ensayos o por guiones cinematográficos en los que los tintes autobiográficos nunca están muy lejos como en De vidas ajenas (2009) o El Reino (2014), una mezcla de ficción y autoficción sobre los orígenes del cristianismo tras recorrer como investigador los caminos del Nuevo Testamento una vez perdida la fe. En su obra más reciente, Yoga, aborda esa práctica y la depresión del propio autor, que tuvo que retirar algunos pasajes por las obligaciones legales a las que se comprometió con su exmujer, la periodista Hélène Devynck, de la que se divorció en marzo de 2020 tras acusarlo de haber añadido elementos de ficción para transformar la prohibición legal de hablar sobre ella “en autoglorificación”.

Nieto de inmigrantes rusos, su carrera comenzó como crítico de cine para las revistas Positif y Télérama y, aunque la literatura empezara a ganar peso con los años, se mantuvo vinculado al séptimo arte con trabajos como guionista en la década de los 90. Su inclinación por el cine se materializó con documentales como Regreso a Kotelnik, su debut tras la cámara que le hizo seguir la huella de sus raíces rusas, también presentes en Limonov (2011), una novela sobre el poeta y disidente ruso Eduard Limónov que reflexiona sobre la condición humana y es un retrato del comunismo y el poscomunismo.