- En los últimos años ha estado más volcada en el teatro y en una serie rodada en México pero Ariadna Gil (Barcelona, 1969) vuelve al cine español con Solo una vez, una película que aborda el tema de la violencia machista y lo difícil que puede resultar reconocerse como maltratador y como víctima.

“Reconocer el maltrato a veces es complicado, en este caso se trata de una pareja de clase social media-alta, con estudios, ellos mismos no se ven en el perfil, pero no hay perfil para los malos tratos, toca todos los estamentos sociales”, dice a Efe la actriz catalana. La película, dirigida por Guillermo Ríos, es la adaptación de una obra de teatro de Marta Buchaca, autora también de Litus, otro texto teatral llevado al cine y que abordaba un tema igualmente espinoso como era el suicidio, en ambos casos a iniciativa del productor Eduardo Campoy.

El anterior trabajo cinematográfico de Gil fue una película rumana, Parking (2019), rodada en España eso sí y antes de eso el filme bélico Zona hostil (2017), su primer protagonista en casi una década. En Solo una vez se mete en la piel de Laura, una psicóloga del servicio de atención a mujeres que sufren violencia de género y que lleva el caso de la pareja protagonista, interpretada por Álex García y Silvia Alonso. “Ha sido muy interesante tratar de entender el papel de estas profesionales que tienen que lidiar con estos hombres y mujeres y conseguir crear esa confianza para poder hacer que se reconozcan en lo que les está pasando”, sostiene.

Para preparar el papel, habló con profesionales que se dedican a ello. “Por lo que me contaron, la mayoría van obligados, no quieren estar ahí y niegan lo que han hecho, rechazan el tratamiento por el que tienen que pasar muchas veces para evitar la cárcel... Es un trabajo brutal, he sentido una grandísima admiración por las personas que se dedican a esto”.

La trama, llevada al terreno del thriller psicológico ya que el espectador tampoco sabe bien qué sucedió hasta bien avanzada la historia, se cierra en un círculo con un cuarto personaje, un antiguo paciente que acosa a la psicóloga desde hace semanas y que pone a prueba su profesionalidad. “Ella está sometida a una tensión que le hace perder el equilibrio; al sentirse amenazada gravemente pierde un poco su lugar neutral”, cuenta.