La Red de Teatros empieza a mirar de frente al final de su programación primaveral. De hecho, a lo largo de junio va a centrar toda su atención solo en el escenario del Principal. Hoy cierra su camino en los escenarios de los centros cívicos que gestiona con el objetivo de que cuando la actividad vuelva a estas tablas, la evolución de la pandemia sea lo suficientemente positiva para recuperar más aforos y citas. Será la mejor señal. De momento, esta tarde se pone la guinda en el Félix Petite con la representación de Ronejo, montaje de Sexpeare.

Como viene sucediendo desde el pasado otoño, la representación arrancará a las 19.00 horas, aunque quien no tenga ya su entrada en la mano va a tener que esperar a otra ocasión porque no queda ni una sola plaza libre. Es otra tónica habitual debido a la reducción de aforos y las ganas que está mostrando el público a pesar de todo.

Quienes sí estén en el patio de butacas del centro cívico Ibaiondo se adentrarán en “una comedia existencialista sobre la robótica y el futuro de la humanidad”, explican desde la compañía. Se trata de “la historia de amistad y superación entre una persona y un conejo”, del descubrimiento de un proyecto “creado por el gobierno junto a varias multinacionales para hacer que sigamos consumiendo allí donde nadie pudo llegar. Eduardo Martín Felguera descubre un día que tiene un pequeño conejo miniaturizado dentro de la cabeza que le envía publicidad mientras duerme. El conejo le informa que tiene tres días para destruir todo el sistema, pues el nuevo virus mundial que está por llegar hará que los conejos sean sustituidos por chips y controlados por máquinas”.

Rulo Pardo (también responsable de la dramaturgia), Carmen Ruiz, Felipe G. Vélez y Juan Vinuesa son quienes dan vida sobre las tablas a este argumento en teoría imposible, aunque con evidentes reflexiones y conexiones con la realidad de la sociedad actual.