Nada está siendo sencillo desde marzo de 2020, pero parece que poco a poco se van dando pasos hacia una situación algo más normal. Le sucede también a Artium, que hace justo un año estaba ultimando los detalles para reabrir y ahora puede decir que cuenta con todos sus planes expositivos para este 2021 desplegados. Por lo menos, los previstos hasta el próximo otoño. La última propuesta que quedaba para desplegar por completo toda la oferta del museo era Una exposición sin arquitectura. Pero desde ya, Xabier Salaberria y su trabajo están en Gasteiz, donde se podrán visitar hasta el 3 de octubre.

Obra anterior y producciones realizadas para esta muestra conviven en un todo en el que, como explica el creador donostiarra, "lo escultórico y lo arquitectónico pululan". Así se construye casi un estudio arqueológico de los restos y materiales que construyen una forma de entender la sociedad. "Las obras de Salaberria siempre parecen dispuestas a retirarse del espacio del arte, a asumir sin compromisos su valor funcional e utilitario y convertirse en estantería, martillo o fotografía documental. Pero también hay un tirón inevitable en la otra dirección: hacia lo monumental, lo autónomo", escribe Lars Bang Larsen en la publicación que se ha editado ante la apertura de la muestra, comisariada por Beatriz Herráez y Enrique Martínez Goikoetxea, es decir, la directora de Artium y el conservador de sus fondos.

Como explica el museo, la exposición presenta once propuestas que incluyen fotografías, instalaciones y objetos. "Con origen en distintas series, los trabajos mantienen su propia entidad al tiempo que se complementan bajo una misma lógica espacial. La instalación que da título al proyecto se compone de una constelación de paneles modulares en los que cuelga imágenes, planos y proyectos de trabajos realizados como diseñador de exposiciones y espacios -entre los que se incluye el realizado para el museo-. Alterados en posición, color y función generan un territorio entre aplicación funcional y simbólica, habitual de su práctica artística".

La muestra incorpora otros trabajos como r de radio, una instalación realizada en 2020, en la que cuatro expositores metálicos verticales muestran una colección de cristales rotos, y Bézier (2020), ocho planchas de aluminio que trasladan a un soporte plano, a modo de texto, las siluetas de los fragmentos de vidrio.

Junto a varias fotografías de momentos previos de su trayectoria, se incorpora una nueva serie de fotografías, un friso de cinco imágenes tomadas en Agiña (Serie friso Oteiza). Las imágenes "ponen en relieve los accidentes, fortuitos o no, de la superficie y aristas del monumento que Jorge Oteiza realizó en memoria del Padre Donostia. Parecen hacer dialogar al espacio sagrado del crómlech microlítico oteiziano con el profano de las crestas de las peñas de Aya, a la memoria del monumento con las formas casuales accidentales o violentas de su silueta".