- Va de entrevista en entrevista lanzando mensajes de esperanza. El presentador de televisión dice que bajó a los infiernos de la droga. Cocaína, sexo y alcohol fueron adicciones que le mantuvieron en un mundo bastante oscuro. Fue Angélica, el amor de su vida, el punto de inflexión que le hizo repensar su vida, su situación y sus relaciones familiares. Está encantado con su trabajo en Telecinco, colabora en Sálvame y también en los programas especiales de la cadena. Un trozo de cielo, esta es su historia, su vida y sus pasiones.

¿Este libro es la descarga de todas las adicciones que ha tenido, es el final de un camino?

—Podría decir que es el final del camino. Este libro de lo que habla es de esperanza. Para explicar bien mi renacimiento paso por contar la parte más complicada y difícil de mi vida. Es un libro de redención.

Hace cuatro o cinco años confesó en televisión esa parte oscura de su vida que se relacionaba con una adicción a la cocaína, el alcohol y el sexo. ¿Era necesario exponerse a tumba abierta ante las cámaras?

—En su momento fue necesario. Hubo una serie de entrevistas en Telecinco, también están contadas en libro, que fueron importantes para llegar hasta llegar a este camino, la superación. Abrirse a veces es importante para empezar una nueva etapa, no digo una nueva vida, eso es algo que ha llegado más tarde, es en lo que estoy ahora.

¿Quiere decir que hablar le abrió los ojos?

—Fueron necesarias esas entrevistas y también ese enfrentamiento que tuvimos mi padre y yo. A mi familia y a mí nos sirvió como ejercicio para construir el presente que tenemos ahora.

¿Cómo es ese presente?

—Maravilloso. Las cosas no son ni buenas ni malas, es el uso que tú les des. Podía haberme sentado, contar mi historia y no aprender. En mi casa hemos aprendido todos mucho y esas entrevistas fueron pasos importantes para llegar a este presente y poder terminar el libro con ese mensaje de esperanza.

Alonso Caparros estaba considerado como un hombre muy atractivo, con éxito profesional y que se lo rifaban las cadenas de televisión. ¿Qué le pasó para entrar en ese infierno de adicciones?

—Es una buena pregunta. Pero es una pregunta que me haces a mí porque soy una persona conocida. ¿Cómo llegan a esa situación miles y miles de chavales? A algunos les conocí en el centro de internamiento en el que estuve. Es un problema que habla de una enfermedad mental, habla de la sociedad, de estructuras familiares. Cada uno llega por un camino, es difícil contestar por qué llegué yo a ese punto. A día de hoy, quiero seguir en el punto en el que me encuentro.

Ha comentado que consumía suficiente cocaína para matar a siete caballos...

—De eso no habla el libro. Creo que los detalles sórdidos son lo menos importantes. Esto que he dicho es fácil de contar, lo vemos incluso en televisión cuando se pusieron de moda las series narcos y drogas. En mi renacimiento, el detalle escabroso es lo de menos. Esta es una historia de ilusión, de esperanza y de enfermedad mental. Lo menos importante es si uno consumía más o menos de esto o de aquello.

Pero quiere lanzar un mensaje sobre algo que ocurrió y no puede dejar eso que ocurrió en algo abstracto.

—El mensaje es que las adicciones son un infierno horrible, pero que de eso se sale. Mejor dicho, se puede salir tomando las decisiones y poniéndose en manos de especialistas. Recrearse en cuánto o en qué has caído no es lo que pretendo desde mi libro.

Llega un momento en el que decide cambiar, salir del infierno. ¿Cuál fue el punto de inflexión que le llevó a terminar con una vida que le estaba destruyendo?

—Todos en algún momento tocamos fondo cuando tenemos un problema. Toqué fondo y es el momento en el que aparece Angélica. Es mi mujer a día de hoy y es el amor de mi vida. Ella y el momento más bajo de mi vida fueron los puntos de inflexión. Toda mi vida cambia y empieza un nuevo aprendizaje, el de vivir. Mi mujer, el amor de mi vida, me ayudó para salir del infierno de las adicciones.

En la contraportada del libro dice: Convertido en un hombre nuevo. ¿Es borrón y cuenta nueva? ¿Olvidar todo el pasado es posible?

—Las experiencias del pasado cuentan. Miro poco al pasado, prefiero hacerlo al frente. Cuando lo hago, ese pasado me sugiere reflexiones, conclusiones importantes y lo que me parece más importante, esas experiencias pueden servir para los demás. Mi libro no es una guía, es un testimonio y me encantaría que pudiera ayudar a alguien.

¿Cómo se enfrenta ahora a la vida sin el apoyo de esas adicciones que le sirvieron de evasión en un momento dado?

—Como la mayor parte de las personas. Mi vida ahora es maravillosa. Vivo en el presente, estoy lleno de expectativas. Me siento un hombre nuevo, totalmente nuevo. Tengo a Angélica a mi lado y tengo muchas ganas de conservar todo lo que tengo. Me parece increíble estar hablando contigo sobre mi libro. Además, siempre había querido escribir un libro. En estos momentos, se cumplen varios objetivos. Me siento tan feliz y tan satisfecho...

¿Que no se lo cree?

—Sí, sí que me lo creo. Es algo que no hubiera podido decir hace un tiempo y lo que quiero es disfrutar, saborear mi nueva vida.

Supongo que es difícil dejar de comerse la vida a mordiscos y ahora beberla a pequeños sorbos.

—Una vez que das el paso que tienes que dar y que no te has permitido dar, todo parece más fácil. Siempre es más fácil si estás convencido y si tienes gente a tu alrededor que te anima y que no te deja ir atrás. Puedo decir que tengo a esa gente. Tengo a mis hijos, a mi familia, a mi mujer, tengo el trabajo que tengo y que me satisface.

¿Vivimos en una sociedad que banaliza el consumo de drogas?

—Totalmente. Mucha gente se siente sorprendida con el libro y me comenta que le parece muy duro, muy fuerte. Me asombra que piensen eso. Mi historia es también la de miles de personas que en un momento dado se han visto atrapados, unos han podido salir, pero no todos.

Imagino que recuperar las relaciones familiares después de haberse visto tan expuestas es todo un desafío, ¿no? En este caso, afecta a padres, hermanos e incluso hijos.

—Superar una adicción y recuperar todos los vínculos ha sido todo un reto. Es muy trabajoso y requiere disciplina y entrega. Que nadie piense que esto a mí me ha sucedido de un día para otro. Es un trayecto largo y después tienes que sentarte con toda la gente que ha salido perjudicada. Tienes que escuchar y asumir todo lo que ha pasado. La restauración de los vínculos con mi familia ha conseguido que salga una nueva versión de lo que somos, una versión mucho mejor, estoy seguro.

Va de entrevista en entrevista. ¿No le cuesta responder a preguntas muy personales y que en muchos casos se repiten?

—Pienso que es necesario. No todas las entrevistas son iguales, unas escarban más en el pasado; otras miran más a lo que soy ahora... En cualquiera de los casos, estoy muy agradecido a que tengáis tiempo para hablar conmigo, tiempo para que pueda hablar del libro y también para que pueda mandar un mensaje de esperanza.

Creo que nunca voy a escribir tantas veces la palabra esperanza como en esta entrevista.

—Es que es esperanza lo que quiero mostrar. Esperanza en el nuevo hombre que soy. Esperanza en seguir teniendo a Angélica y a mi familia a mi lado, que sigan estando ahí. Esperanza, sí. Hay que escribir muchas veces esta palabra.

Hablemos de trabajo. ¿Cómo le va en las procelosas aguas de la televisión?

—Estoy en un momento estupendo. Estoy con Mediaset en un programa maravilloso y que me gusta. Profesionalmente no me puedo quejar de nada. Estoy satisfecho porque hay posibilidades de seguir creciendo y resulta altamente positivo para mí. Es tener presente y futuro.

Va a cumplir el próximo año 30 años en televisión, un veterano en todos los sentidos.

—Sí. Empecé con María Teresa Campos en 1992. Soy un veterano en la televisión y también la vida. He cumplido 50 años. Se me van a acumulando experiencias, tiempos vividos. En lo profesional miro atrás con orgullo.

Coqueteó con la interpretación. ¿No le gusto?

—Hice mis pinitos en el cine y en el teatro, también algo en televisión. Sí me gustó como experiencia. Pero para ser actor hay que tener vocación y abandoné aunque no me iba mal. Soy un buen espectador, pero no me gustaba ser actor. Era una falta de respeto hacia todos aquellos que sí que tienen vocación.

Hay quién no borra de su vida las malas experiencias y las malas decisiones. ¿Usted?

—Ahora mismo, soy lo que soy y tengo esta felicidad, sé lo que sé, porque mi vida ha sido la que ha sido. Soy muy feliz, en mi vida ha habido sufrimiento, dificultades, pero otros también han pasado por momentos malos. La vida es así. Ha pasado todo lo que tenía que pasar para que yo ahora sea feliz.

Feliz es otro término que sale mucho en esta entrevista.

Ja, ja, ja... Es que ahora sé lo que es realmente ser y estar feliz.

¿Ha conseguido ese ‘Trozo de cielo azul’?

—En ello estoy. Animo a la gente a que lo intente.

“Este libro es una historia de ilusión, de esperanza y de enfermedad mental. Es el libro de mi rendención”

“El mensaje es que las adicciones son un infierno horrible, pero también digo que de eso se sale”

“Toqué fondo y llegó Angélica, esos fueron mis puntos de inflexión para salir de ese lugar”