Es un Pachycereus pringlei de 17 metros de altura y 18 toneladas, un cactus gigante que México instaló en el recinto de la Expo 92 como parte de su presencia en la exposición universal de Sevilla. Hoy sigue allí, aunque lo que hace casi 30 años era un lugar por el que pasaban miles de personas cada día, ahora es un parking. Sin saberlo, además, es la excusa que sirve para construir la película Cardón cardinal De hecho, como si fuera otro giro del destino, la historia de la planta que en su día dejó el desierto de Baja California para cruzar el Atlántico e instalarse en tierras andaluzas, es protagonista en 2021 de la apertura de un nuevo programa del museo de arte contemporáneo de la capital alavesa, Sala Z.

"Es un lujo poder mostrar el trabajo en estas condiciones", apunta la artista nacida en Caracas. De momento, junto a ella se da el primer paso de un proyecto comisariado por Garbiñe Ortega con el que el museo, como explica su directora Beatriz Herráez, quiere "pensar la imagen". Lo que busca el centro es un punto intermedio en lo que se podría ver en una sala de cine o en su propio auditorio -donde se desarrollan distintos ciclos- y las propuestas audiovisuales que pueden formar parte de una exposición ya sea individual o colectiva. "Es un proyecto que construye un espacio intermedio desde el que reflexionar y visibilizar obras de artistas que saltan al territorio cinematográfico y de cineastas que exploran el formato expositivo. Se trata de un programa que nace del gesto decidido de pensar la imagen en movimiento en el museo. Un programa que quiere acercar a los públicos a autores y autoras interesadas en la búsqueda de nuevas formas narrativas desde el cuestionamiento de los géneros que categorizan históricamente el lenguaje cinematográfico".

De momento, la propuesta tiene dibujado su desarrollo a lo largo de este año. La idea es que cada dos meses, más o menos, se presente una nueva propuesta en el espacio que de manera específica se ha acondicionado para ello, garantizando las mejores condiciones para compartir cada obra. Además, en cada ocasión se harán presentaciones con las autoras invitadas y se editarán materiales en torno a la producciones y sus creadoras. Así sucede ahora con Esquivias y así pasará también con Maddi Barber y Marina Lameiro -que están creando de manera específica una pieza para Artium-, Rosalind Nashashibi y Eric Baudelaire. "Entre las reflexiones que atraviesan las obras de este programa destaca el interés y la investigación que despliegan sus autores sobre la idea de lo colectivo, y los modos en los que seguir pensando y trabajando juntos y proyectando un futuro compartido" describe Ortega en su regreso a Artium, donde hace unos años ya estuvo trabajando.

En lo que se refiere de manera específica a Cardón cardinal, cuenta una versión ampliada del mencionado traslado del cactus gigante. "La pantalla de un ordenador presenta imágenes de un viaje a México y de otro a Sevilla, mientras una voz en off comparte la investigación llevada a cabo para intentar comprender la presencia del cactus gigante -especie de gran valor ecológico y etnológico endémica de la baja California- abandonado en Sevilla", describen desde el museo. Tirando de ese hilo, la artista plantea reflexiones sobre distintas cuestiones, también en torno a la relación entre México y España a lo largo de 500 años.

En la publicación realizada con motivo de este proyecto, Manuel Asín explica cómo "uno de los protagonistas de Cardón Cardinal es ese maravilloso cactus gigante transplantado de Baja California a Sevilla con la excusa de causar admiración, pero al que acabaron construyendo un aparcamiento alrededor", y se pregunta: "¿qué parte había de pasión y cuál de responsabilidad en el ingeniero Juan Siles Aguilera y en el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez cuando, en nombre de la arquitectura o la jardinería, hicieron que un cactus gigante de catorce metros de altura fuera arrancado del desierto mexicano para ser transplantado en Sevilla, a casi 10.000 kilómetros de distancia, con ocasión de la Exposición Universal de 1992?".

Sala Z recibirá a lo largo de este año las creaciones de Maddi Barber y Marina Lameiro, Rosalind Nashashibi y Eric Baudelaire

Con el comisariado de Garbiñe Ortega, se quiere acercar al público a autores interesados en la búsqueda de nuevas formas narrativas