Volverá al Principal el próximo día 23 para encontrarse con el público más pequeño, pero la Banda Municipal de Música de Gasteiz cierra este miércoles de manera oficial su temporada de abono. Llega, o eso dicen, el buen tiempo y es hora de empezar a pensar en la programación a pie de calle que la centenaria agrupación desplegará en verano. Antes hay que poner la guinda a cubierto y después de un curso tan complicado por la pandemia, la formación dirigida por Luis Orduña quiere dejar el poso más optimista posible, sobre todo en unos tiempos en los que las reservas de esperanza están bajo mínimo para muchos.

El estreno de una nueva obra del maestro alavés Joselu Ruiz de Gordoa, la presencia de dos solistas invitados como Annelien Van Wauwe y Raül Verdú Sellés, y ese espíritu alentador de cara al futuro serán la base de un recital que, como viene sucediendo desde otoño, arrancará a las 19.00 horas, aunque desde hace ya bastante tiempo no queda ni una sola entrada disponible, toda una constante esta temporada de abono, una programación que, como mantiene Orduña, se ha podido llevar por fortuna tal y como estaba planeada a pesar del coronavirus.

Con todo, el covid marca. Esta actuación es otro ejemplo. Por los protocolos sanitarios, la clarinetista Annelien Van Wauwe no va a llegar a la capital alavesa hasta mañana mismo, lo que obligará a hacer un ensayo a primeras horas para ultimar el recital de la tarde. Por fortuna, ella ya conoce la pieza que compartirá en el Principal, War Concerto, sobre la que ha podido hablar con su autor, Dirk Brossé. Se trata de una pieza que toma como referencia la guerra de los Balcanes y sus consecuencias. "El público se va a encontrar con un concierto de extremos en los sentimientos", según Orduña, algo que ejemplifica muy bien esta composición, que quiere trasladar un mensaje de esperanza incluso a pesar de retratar un conflicto bélico.

Será la segunda pieza a interpretar en un concierto bautizado como Rumbo al optimismo que se abrirá con Common Threads de Kimberly Archer ("es una obra que transmite mucho humor") y que se cerrará con Godzilla Eats Las Vegas!, de Eric Whitacre ("es una locura absoluta"). Entre medio se procederá al estreno de Txori gorria. "En el confinamiento tuve más tiempo para la familia y para componer", dice con una sonrisa el creador de Araia, que en 2020, y por primera vez en más de 40 años, no llenó su verano de conciertos de Joselu Anayak. De ese paréntesis nació una composición de algo más de siete minutos que "destila optimismo desde la primera nota", añade Orduña.

Para hacerla posible, además, la Banda contará con la participación de Verdú Sellés, que sí está pudiendo ensayar con los músicos y el compositor de manera presencial. "Significa mucho para los jóvenes que estamos saliendo ahora el hecho de poder tocar en plena pandemia" describe el clarinetista, que resalta la complicación de la obra de Ruiz de Gordoa. "Trabajar con el compositor es muy valioso y positivo porque puedes conocer de primera mano su visión y detalles de la obra que no conoces". Ahora, de todas formas, es el momento del público, "el elemento esencial", subraya el creador alavés.