En una época en la que todo está condicionado por la presencia de la pandemia, Euskadiko Orkestra y la Red de Teatros han apostado por seguir manteniendo, aunque no pueda ser en su formato completo, los conciertos para el público familiar que llevan desarrollando desde hace años y que son una herramienta fundamental para atender al público de hoy, que es de esperar que también siga siendo espectador mañana. A pesar de no haberse podido llevar a cabo el recital para bebés que se suele hacer en el Federico García Lorca, el Principal sí está pudiendo acoger las distintas propuestas diseñadas, a las que este domingo se les va a poner el broche.

La cita será a partir de las 18.00 horas, quedando todavía algunas entradas disponibles (el precio es de 6 euros cada una). Cabe recordar que la actuación está recomendada para espectadores a partir de 6 años, un indicador orientativo pero que es bueno tener en cuenta. Junto al público se encontrarán los percusionistas Anthony Lafargue, Héctor Marqués, Igor Arostegi y Gorka Catediano, así como la intérprete Ana Hernández Sanchiz. Todos ellos, con el guión de Mikel Cañada, darán vida al programa Living Room Music.

Hace un año, la desescalada estaba en marcha y el final del confinamiento parecía cada vez más cerca, aunque a día de hoy la pandemia siga presente. Es ese momento de encierro, de no poder salir a causa de un coronavirus, lo que inspira la propuesta de este recital. El juego que la orquesta propone a los espectadores es imaginarse a cuatro músicos que se ven sorprendidos por la cuarentena en un apartamento de una lejana ciudad de la que tienen prohibido salir. “Lejos de sus familiares, confinados por obligación y bastante desconcertados y nerviosos, exploran todos los elementos de la casa con los que se puede hacer algo de música: mesas, cucharas, abanicos, agua, lámparas, macetas, escaleras cubos de basura, sus manos, sus voces... Su único contacto con el exterior es una vecina bastante indiscreta, una soprano en su misma situación, que empieza a impacientarse por los terribles “ruidos” de sus vecinos y que no para de importunarlos”.