- Charlotte Johannesson tiene casi 80 años, pero solo es famosa desde que hace algunos años su trabajo, que conjuga técnicas textiles tradicionales, diseño gráfico y crítica contracultural, han conseguido el reconocimiento internacional. El Museo Reina Sofía abre una ventana a su trabajo con Llévame a otro mundo, su primera exposición en España.

Johannesson desarrolla su carrera entre los sesenta y los ochenta en Suecia. Al principio usaba las técnicas de tejido tradicional para lanzar mensajes en sintonía con la disidencia social y cultural de la época, pero luego entra en contacto con los primeros ordenadores de Apple y se centra en hacer obras gráficas, aunque siempre con un pie en los telares.

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía reúne 150 obras, entre tapices, impresiones y obras de diverso formato, que muestran el recorrido de toda una pionera de su época y cuyo legado permanecía en la sombra hasta hace unos años.

Llevame a otro mundo estará abierta hasta el 16 de agosto y es toda una ventana al legado de una artista que se posicionó en el epicentro de la disidencia social y cultural de su época: la contracultura de la década de 1960, el feminismo o el punk.

“Es una artista desconocida, pero en parte voluntariamente, siempre estuvo fuera del sistema del mundo del arte”, explicó ayer Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía. Su universo creativo no comulgaba con las modas del momento y por eso nunca tuvo el reconocimiento que mereció.

Johannesson, autodidacta, comenzó usando el telar para plasmar sus críticas contra la política sueca o denunciar la falta de derechos de las mujeres.

En los ochenta, viaja a California y entra en contacto con la contracultura de la época, entre ellos los fundadores de Apple y compra un ordenador. Se da cuenta de que sin un programa de diseño, puede dibujar con él usando símbolos y líneas, y decide trasladar parte de su trabajo textil al ordenador. La composición en el telar favoreció la evolución de su trabajo hacia el campo digital, porque las dos técnicas se valen de la programación mediante un código binario. Entre su obra gráfica digital destaca la serie Faces of the 1980s (Caras de los ochenta), con retratos de Ronald Reagan o David Bowie; hechos con símbolos e impresos en color.

Entre medias, fundó un centro de arte autogestionado la Galería Cannabis en sus primeros años, y luego Digitalteatern (entre 1981-1985), un taller experimental pionero en la producción de imágenes por ordenador.

La falta de interés por su obra y el hecho de que la siguiente generación de ordenadores de Apple tuviera una interfaz gráfica cerrada le impidió seguir explorando su creatividad, e hizo que Johannesson decidiera abandonar su actividad artística.

En los 2000, su trabajo es redescubierto por artistas más jóvenes, justo ahora cuando hay un resurgir de las técnicas textiles y del arte digital, y en 2016 su trabajo forma parte de la Bienal de Sao Paolo, lo que aumenta su prestigio internacional. Hasta ahora, que ha vuelto a trabajar y a sus 77 años está “superactiva”, según dijo el director.