A pesar de su juventud, lleva ya años compartiendo su camino vital con la música. De hecho, ha visitado diferentes géneros y conocido distintas experiencias en varios grupos. Pero ahora, Anne Rodriguez Kintana inicia una nueva etapa, un proyecto en el que la artista es principio y fin, en el que todos los pasos creativos están en sus manos. Annekdotas se pone en marcha y lo hace con el lanzamiento de su primer tema, un Aurrez aurre Aurrez aurreque ya está disponible, también en su versión audiovisual. Es la tarjeta de presentación de una apuesta que en este 2021 tiene previsto dar más frutos, álbum de debut incluido.

No hay nada en esta vida/ como quererse a una misma/ con su locura, chistes y risa/ cabeza, ombligo y barriga./ Y otro machote que lo intenta/ se creen tan listos cuando tantean/ preguntando si me creo feminista/ una mierda de ataque pa'una guerrera. En castellano y en euskera se construye un primer single cuyo vídeo, realizado por la asociación vitoriana Iris Audiovisual (con David Álvarez a la batuta), se ha grabado entre Olazagutía, de donde es la creadora, y Gasteiz, donde reside desde hace ya un tiempo. "Vine a estudiar y me quedé porque, entre otras cosas, he encontrado un entorno musical que me gusta", explica. Por cierto, el suyo es seguramente el primer clip de música urbana que tiene a la sede de las Juntas Generales de Álava como escenario.

Anécdotas a un lado, este primer tema tiene a la mujer como centro y protagonista, algo que Annekdotas quiere que sea una constante de cara a futuro. "Éste es un proyecto de apoyo a la mujer" en todos los sentidos, no solo con respecto a las letras, y de ahí, por ejemplo, que aunque una segunda canción esté ya lista para lanzarse, la artista está esperando a poder hacer el correspondiente vídeo "porque quiero a una mujer en la dirección y no me importa esperar a que la realizadora que he elegido pueda hacerlo".

Ahí está una de las tres bases fundamentales de la propuesta, junto con el uso y la combinación del castellano y el euskera, y la creación dentro de la música urbana. "Es un género para conectar con la gente de mi generación. Además, me permite hacer las cosas sola, sin necesidad de contar con un grupo, como me sucedería por ejemplo en el rock, porque todo se suele ralentizar cuando estás con más gente". De hecho, Annekdotas es responsable de todo el proceso, desde la composición hasta la grabación de voz y bases, pasando por todo lo demás. "Solo en las mezclas suelo recurrir a alguna persona de fuera porque también es interesante contar con esa mirada exterior".

De todas formas, ahora es el momento del público, de quienes se asomen, a través de unas plataformas digitales u otras, a la forma y el fondo de un Aurrez aurre que nació de sus anteriores experiencias musicales. "Cuando estaba en bandas, veía que la presencia de chicos era mayoritaria. Lo mismo entre la gente que venía a ver los conciertos. Así que cuando bajaba del escenario me dedicaba a hablar del feminismo y un día me di cuenta de que era una chapas que, además, muchas veces tenía que aguantar ciertos chistes y comentarios. Así que decidí canalizar lo mismo pero de otra manera, a través de mi proyecto y de mi música". Dicho y hecho.

Como la pandemia dificulta los directos y la creadora también está trabajando en ampliar el repertorio, los objetivos inmediatos pasan por sacar un nuevo tema ("será íntegramente en euskera y un poco más tranquilo") y centralizar los esfuerzos en hacer realidad este mismo año el primer disco de Annekdotas, nombre artístico que nació entre risas un día en el que estaba haciendo pira de clase. Será un álbum que sumar a una trayectoria que comenzó a los 6 años, cuando la artista empezó a tocar el piano. A los 12 ya tenía su primer grupo (Auskalo), aunque en su camino también está la banda de punk Potroberoak y la formación de heavy metal Noise Fucktory, sin olvidar a los vitorianos Sabin Joaquina y Veciversa. "Siempre me ha gustado toda la música. No le hago ascos a nada".

Desde la música urbana y el uso tanto del euskera como del castellano, la autora está apuntalando un proyecto de "apoyo a la mujer"

Como la artista de Olazagutía vive en Vitoria, escenarios de ambos sitios aparecen en su primer vídeo, como la sede de las Juntas Generales de Álava