- A finales de 2019, La Topadora empezó a dar sus primeros pasos de cara al público, aunque en sus filas hay nombres de sobra conocidos, procedentes en su mayoría de Skalariak y Vendetta. Con la publicación de Voy con todo y una amplia agenda de conciertos ya cerrada, todo hacía presagiar un 2020 lleno de buenas noticias. Pero justo pudo salir el disco y ofrecer una actuación. Después el covid-19 se encargó de darle la vuelta a todo. Este sábado, los navarros recuperan en Gasteiz el pulso con el primer directo que dan en mucho tiempo. La sala Jimmy Jazz les espera a partir de las 18.00 horas, quedando todavía algunas entradas disponibles.

Con una banda como ésta, lo suyo sería estar de pie, bailando, saltando, moviéndose... ¿qué raro que no sea así, no?

-Vamos a ver qué sucede el sábado porque va a ser la primera vez que actuamos así y tenemos curiosidad sobre cómo lo vamos a vivir sobre el escenario. Como público, ya he estado en varios conciertos y lo que sí te puedo decir es que mi experiencia no ha sido para nada mala. Todo lo contrario. Es simplemente otra forma de disfrutar la música en directo. Ya está. Es verdad que no puedes bailar y desfogar, pero en Euskadi tampoco hemos sido nunca de bailar mucho. Como mucho movemos las cejas o los pies, así que no hay mucha diferencia (risas). Incluso le veo un lado positivo a todo esto. Mira, mi hija pequeña, que tiene diez años, ahora puede ir a los conciertos y ver el escenario. Ahora lo ve todo sentada en su silla y lo goza.

¿Van a adaptar algo la propuesta, hacer algo más acústico?

-Sí que estamos pensando en hacer unos futuros acústicos y estamos haciendo un trabajo previo, pero no va a ser el caso de Jimmy Jazz. Este sábado va a ser un concierto eléctrico, con todos los aparejos y aditamentos.

Después de todo lo que significa empezar un nuevo proyecto y sacar disco, ¿tras la aparición del covid, no ha tenido la tentación de decir: hasta aquí, yo no sigo?

-Parar durante un año es muy duro, eso es así. Pero en el vocabulario de los músicos no está el verbo abandonar. Es duro, te quedas un tanto noqueado y no sabes muy bien cómo reaccionar. Vale, de acuerdo. A nosotros, de hecho, nos pilló con toda una gira cerrada y recién publicado el disco. Pero bueno, dijimos: hay que esperar. Y hemos esperado. Ahora tenemos conciertos y más cosas a la vista, y vamos a ver. Que hayamos estado retirados de la escena no quiere decir que hayamos estado parados. Hemos seguido trabajando, haciendo temas y preparándonos para este momento de volver a arrancar la agenda.

¿Pero, después de todo el tiempo que ha pasado, el disco sigue siendo presente para la banda?

-Sí, sin ninguna duda. Pudimos hacer muy poca promoción y para mucha parte del público, en realidad, el álbum ha salido ahora que volvemos a los conciertos. Estamos retomando todo como si el álbum hubiese salido ayer porque para mucha gente así es. Vamos a seguir dando vida a este disco porque la tiene, porque sigue vigente. Sacar un trabajo nuevo y pasar del primero sería darlo por muerto y eso no lo podemos hacer. Es un disco que está muy bien, con temas muy buenos y queremos seguir disfrutándolo.

Ninguno de los componentes de la banda es un novato en esto. ¿Qué encontraron en La Topadora para volver a meterse en una aventura musical?

-Somos cinco músicos de diferente palo y de distintos gustos musicales. La combinación que surge de ahí es algo fresco, nuevo e interesante. Nunca nos cerramos a ningún estilo ni nos quedamos solo con una propuesta. Si escuchas el disco tema a tema, observas que en hay un poco de la personalidad de cada uno de los músicos de la banda.

¿Planes para 2021? ¿Pensando en volver al estudio igual a final de año?

-Ahora mismo hemos lanzado un single nuevo que no está en el disco. Es uno de los temas que se trabajó durante la pandemia. A partir de ahí, la intención es tocar todo lo que se pueda este año y seguir trabajando en lo que sería un segundo álbum.

Bueno, de momento llega lo del sábado, volver a la furgoneta, venir a Gasteiz, tocar...

-No te puedes ni imaginar las ganas que tenemos de recuperar esas sensaciones. No lo puedo decir con palabras. Estoy en cada que me subo por las paredes. Es necesidad vital lo que tenemos. Vamos a ir con unas ganas del copón y va a ser un bolazo digno de eso.