El pasado 2 de diciembre, la escultura Reflexión abandonó por un tiempo su habitual ubicación en la calle Dato. Su destino era el taller del creador Casto Solano, que a lo largo de estos meses ha estado sometiendo a su obra a diferentes trabajos de restauración, sobre todo centrados en sustituir el banco en el que se sienta la figura del torero por un nuevo, realizado en acero inoxidable. Desde ayer por la mañana, la conocida y fotografiada escultura ha vuelto a encontrarse con los viandantes desde su lugar ya tradicional.