- Rumanía se llevó el Oso de Oro de la 71ª Berlinale con una sátira sobre la doble moral y en tiempos de vídeos sexuales viralizados, dirigida por el provocador Rady Jude y hecha a la medida de una edición del festival bajo el signo de la pandemia.

Bad Luck Banging or Loony Porn (Babardeala cu bucluc sau porno balamuc, en rumano) era la única de las 15 películas a competición que reflejaba en pantalla la “nueva normalidad” -es decir, el uso de la mascarilla- y también la más cercana a otro mal del presente: la usurpación viral de lo privado. El hilo conductor es una maestra de Bucarest, sometida a juicio sumarísimo en una sociedad pacata y heredera de muchos prejuicios pasados. Arranca de un vídeo doméstico que cae en manos de un informático -y de ahí a las redes-, con la maestra entregada al sexo. Los minutos iniciales del filme lo componen ese vídeo, en su integridad. Para algunos padres de familia, colegas y demás jueces eso es pornografía; para ella, sexo consentido. El largo recorrido de la maestra por las calles de Bucarest aporta al filme el contexto de la mascarilla como parte de la vida pública actual.

La covid-19 entró así en la pantalla en una Berlinale que, por imperativo del coronavirus, se celebraba en formato estrictamente virtual. Los premios se dieron a conocer ayer, quinto día de visionado de películas vía screening, pero no se entregarán hasta junio, en un festival de verano abierto al público. Rumanía obtuvo así su segundo oro en tres años, tras el obtenido en 2018 por Adina Pintilie Touch me not, otro filme con mucho sexo explícito, entre diálogos con personas incapacitadas para ejercerlo o discapacitados que disfrutan en plenitud su sexualidad. Pintilie formaba parte del jurado junto a otros 5 ganadores del máximo premio en ediciones anteriores: el iraní Mohammad Rasoulof, el israelí Navad Lapid, la húngara Indikó Enyedi, el italiano Gianfranco Rosi y la bosnia Jamila Zbanic.

El segundo premio del palmarés, el Gran Premio Especial del Jurado, fue para el japonés Ryusuke Hamaguchi y su sutil tríptico en torno a personajes femeninos Wheel of Fortune and Fantasy. Casualidad o no, también ahí cae donde no debería un archivo -en este caso, de audio- que compromete a uno de sus personajes. Es la única conexión entre la sutileza de este premiado y la sátira descarnada de Jude.

Había una única representante latinoamericana a concurso, la mexicana Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios. Y obtuvo un Oso de Plata a la mejor contribución artística. El jurado valoró el “magistral concepto de montaje” de su responsable de edición, Yibrán Asuad, en una obra que va de la ficción a la realidad, centrada en agentes que son víctima y parte de la corrupción policial mexicana. El cine anfitrión, con cuatro películas a competición, obtuvo dos platas más: a la actriz Maren Eggert, por su papel en I’m your Man, dirigida por su compatriota Maria Schrader, y otra más del jurado para Herr Bachmann und seine Klasse, un documental de tres horas dirigido por Maria Speth sobre un veterano maestro de provincias entre escolares de diversas procedencias migratorias.

Plata al mejor guión. Ha sido para el surcoreano Hong Sang-soo por ‘Introduction’.

Dos platas para Hungría. Para el director Dénes Nagy, por ‘NaturalLight’, y para la actriz Lilla Kizlinger, por su papel secundario en ‘Forest’, de Bence Fliegauf.

Francia, de vacío. El poderoso cine francés no se llevó nada. Iba con ‘Albatros’ de Xavier Beauvois y ‘Petite Maman’ de Céline Sciamma.