arece extraño decirlo, pero en realidad 2020 puede que termine siendo un año histórico, en lo positivo, para el audiovisual alavés. De hecho, más allá de los premios que se concreten o no al final de esta noche, Ane y Baby han sido capaces de romper todas las barreras, de ir más allá de la pandemia y sus consecuencias, y de contribuir a cimentar un camino que en los últimos años, sobre todo en el campo del largometraje, está trayendo muchas y buenas noticias al territorio. Hoy, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas vive su gran fiesta, a mitad de camino entre lo presencial y lo telemático, y entre ambas producciones optan a siete galardones, a lo que hay que sumar una octava posibilidad con el cortometraje Solo son peces. Los sueños están para vivirlos y aunque la realidad luego diga otra cosa, el camino hasta llegar a Málaga está siendo de lo más productivo. Los Forqué y los recientes Feroz han servido para reforzar la esperanza, sobre todo en determinadas categorías.

Va a ser, eso sí, una entrega de premios extraña en diferentes sentidos. La pandemia marca, no solo en lo que al formato se refiere. Y tampoco es la culpable de todo lo que va a pasar, como el hecho de que solo haya una película candidata al premio de mejor filme de animación. La gallina Turuleca sabe que va a triunfar. Igual que la actriz Ángela Molina, que será quien reciba esta vez el Goya de Honor. A partir de ahí, casi todas las apuestas se centran en Adú, de Salvador Calvo, que cuenta con 13 nominaciones, y Las niñas, de Pilar Palomero, con 9, las mismas que Akelarre, de Pablo Agüero, aunque ésta última no opta a la distinción de mejor película. De cerca les sigue La boda de Rosa, de Icíar Bollaín, con 8 posibilidades.

En cuanto a las producciones alavesas, es Ane la que más nominaciones tiene, cinco, incluyendo la más importante, la de mejor película. El filme de la productora alavesa Amania Films lo tiene muy complicado. Frente a ella tendrá a Adú, La boda de Rosa, Las niñas y Sentimental. Pero de conseguirlo, el filme rodado en Gasteiz en otoño de 2019 llevará al sector audiovisual alavés a lo más alto, además constatando el magnífico estado de salud del cine vasco y de la producción en euskera.

Muchas de las esperanzas de triunfo están puestas en la figura de la vitoriana Patricia López Arnaiz. Su papel de Lide no ha parado de darle magníficas noticias desde el estreno del filme en el Zinemaldia. El Goya a mejor actriz principal se lo disputará con Candela Peña por La boda de Rosa, Kiti Mánver por El inconveniente, y Amaia Aberasturi por Akelarre. De ganar, será la primera alavesa en hacerlo en esta categoría y la primera intérprete en conseguirlo con un papel en euskera. Su hija en la película, Jone Laspiur, también aspira al galardón de mejor actriz revelación junto a, en este caso, Paula Usero por La boda de Rosa, Milena Smit por No matarás y Griselda Siciliani por Sentimental.

En las otras dos categorías en las que Ane estará presente, el nombre de David Pérez Sañudo tendrá doble presencia. Puede hacerse con el premio de mejor dirección novel, compitiendo con Pilar Palomero por Las niñas, Bernabé Rico por El inconveniente, y Nuria Giménez Lorang por My Mexican Bretzel. Además, el realizador, junto a Marina Parés, también podría hacerse con el Goya al mejor guión adaptado viéndose las caras con Cesc Gay por Sentimental, Bernardo Sánchez y Marta Libertad Castillo por Los europeos, y David Galán Galindo y Fernando Navarro por Orígenes secretos.

En lo que respecta a Baby, son dos las nominaciones que en su caso están sobre la mesa. El vitoriano Juanma Bajo Ulloa puede ser distinguido en la categoría de mejor dirección, enfrentándose a Salvador Calvo por Adú, Icíar Bollaín por La boda de Rosa e Isabel Coixet por Nieva en Benidorm. Y ello sin perder de vista, la posibilidad de hacerse con un premio que está rondando al filme desde su estreno oficial en Sitges. Ya allí el trabajo en la composición de Koldo Uriarte y Bingen Mendizabal fue distinguido y se empezó a hablar de seria candidatura a un Goya que también pretenden Roque Baños por Adú, Federico Jusid por El verano que vivimos, y Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregui por Akelarre.

En lo que respecta a los cortos, la atención va a estar en las producciones de carácter documental. Solo son peces, un proyecto de la Asociación de Amigos y Amigas de la República Árabe Saharaui Democrática de Álava materializado por la productora vizcaína AlBorde Films, está a un paso del galardón frente a Biografía del cadáver de una mujer, Paraíso en llamas y Paraíso.