iene una relación estrecha con la música. De hecho, se ha subido ya a escenarios como el de The Garage dentro de los conciertos que, con los grupos nacidos en su seno, suele organizar Avant Music Center. Pero esta vez Gael Rodríguez no muestra su faz de guitarrista. Recorre las librerías de la capital alavesa con un proyecto muy especial entre las manos, una idea nacida en pleno confinamiento y que ahora se hace realidad. Un centenar de ejemplares ya están haciendo su camino, pero la buena acogida que está teniendo la propuesta hace que otros cien estén de camino. Una frase, una ilustración y un bloc que espera llenarse de lo que a cada persona le apetezca en cada momento. "Me gustaría leer lo que la gente escriba", dice el joven creador vitoriano.

Hay quien opina que esta pandemia no solo no va a cambiar las cosas, los comportamientos sociales, las relaciones humanas, sino que, de pasar, va a ser a peor. Tal vez sea cierto, pero también hay quien parece empeñarse en darle la vuelta a ese panorama, sobre todo desde el ámbito de la creación y de la cultura. Igual son pequeños gestos de, como es el caso, pequeñas personas, pero el mundo también se construye a través de ellas. A Gael Rodríguez, el coronavirus le pilló poco antes de su cumpleaños. Dos días antes, el confinamiento llegó a la vida de todos. Y mientras veía la televisión, un tanto aburrido, le dijo a su madre, Maite García: "qué suerte que todo el mundo ríe en el mismo idioma".

Fue el inicio de un ovillo del que ir tirando, de diferentes ideas que, en un primer momento, se transformaron en un bloc que se iba a quedar en un regalo para el autor, una publicación específica ilustrada por Dirty Harry, especializado en el trabajo de lettering. Tras ese paso vinieron otros hasta llegar a esta distribución que se está haciendo por la capital alavesa y a través de las redes sociales (en Instagram, el perfil de referencia es @qsuerteq). "Quería que la frase llegase a todo el mundo" y, de momento, el objetivo va sumando adeptos. "Espero que la gente escriba lo que quiera, lo que a cada persona le apetezca". Por ejemplo, el joven emprendedor anota los nombres de grupos de música que le gustan, como Iron Maiden y Leiva. También dibuja.

"Voy yo a las librerías a proponer que tengan en sus espacios el bloc. Y siempre me dicen que sí a la primera, que les parece una idea muy buena", describe Gael Rodríguez, que asegura que todo el mundo al que propone su publicación "me recibe siempre muy bien", más allá de su corta edad. Así que la invitación del papel en blanco está hecha. Tal vez, quien tenga entre las manos un ejemplar pueda pensar en todas esas suertes que uno tiene, aunque a veces no las valore. O reflexione sobre la propia idea que el autor plasma en la portada y que es el origen de un proyecto que ha ido mucho más allá de lo imaginable. Atrás queda el confinamiento, ese momento en el que la propuesta comenzó a tomar forma. "Me aburrí mucho. Ahora lo llevo mejor. Por lo menos ahora podemos hacer algo", como escribir. O dibujar. O seguir tocando música. O...