- Cuando Hubert de Givenchy se encontró por primera vez con Audrey Hepburn en su atelier parisino en 1953, pensó que se trataría de otra famosa Hepburn, más famosa que Katharine. En cualquier caso, el modisto se quedó tan fascinado con el peculiar estilismo de la joven -llevaba un sombrero de gondolero de paja engalanado con la palabra Venezia- y su figura a lo garçon que accedió a que se probara unas muestras de su colección de primavera/verano de 1953. Hepburn iba en busca del vestuario perfecto para Sabrina y Givenchy había sido su elección, quien para ella era “el diseñador más novedoso, juvenil y excitante” del momento.

Según Vogue, del traje entallado en lana gris de doble botonadura y cintura superceñida que la actriz eligió en aquel encuentro -y que luciría el personaje de Sabrina en la escena de su vuelta a casa- al memorable vestido de noche rojo hecho a medida de Jo, la leída modelo de Una cara con ángel, la sinergia entre Hepburn y Givenchy dio a luz a algunos de los looks más impresionantes de la historia del cine. Quizá el más emblemático de todos sea el vestido negro de cóctel que el modisto creó para Desayuno con diamantes, considerado el arquetipo de los futuros LBDs.

El vínculo entre la actriz y el couturier fue más allá de la moda. Junto a sus carreras, su amistad se afianzó como “una especie de matrimonio”, tal y como lo describía él, y ahora han aparecido fotos de modelos que dan fe de ello.