- Manu Leguineche recorrió varias veces el mundo y su legado periodístico ya es historia de la profesión en España, pero apenas compartió secretos de su vida. Un documental biográfico, en el que participan una treintena de compañeros, recuerda ahora al jefe de una tribu que nunca quiso ser protagonista.

"Todos necesitamos faros y en este documental he querido reflejar lo que supuso Manu para este oficio", cuenta en una entrevista Víctor López, biógrafo de Leguineche y director del documental sobre su vida, Manu Leguineche. El bohemio número 10, que se estrenará el próximo 7 de febrero en La 2 de Televisión Española en el programa Imprescindibles.

Leguineche es sinónimo de periodismo, pero también fue un hombre honesto, humilde y generoso que continúa emocionando a quienes lo recuerdan. Hablan de su periodismo humanista que acercó historias universales a través de personas anónimas, respetando siempre los valores profesionales. "Aunque probablemente no hubiera querido que se rodase su biografía, imagino que sentiría una profunda alegría al escuchar cómo hablan de él", dice López.

Dos años de investigación y una treintena de entrevistas audiovisuales traducen en imágenes la biografía que López escribió sobre el maestro vasco, "el mejor reportero español del último medio siglo que calaba en la gente por su carisma, bonhomía, sencillez, calidez, humildad".

El documental está rodado entre el País Vasco, Navarra, Guadalajara y Madrid, más allá de los viajes, los lugares donde transcurrió la vida de Manu, y en él intervienen, entre otros, Javier Reverte y Jesús Picatoste, recientemente fallecidos; Joaquín Bardavío, Pilar Cernuda, Mariano Guindal, Juan Cruz, Diego Carcedo, Vicente Romero, Gervasio Sánchez, Ramón Lobo o Pedro Aguilar.

"La vida de Leguineche probablemente daría para más de un libro y un documental", asegura López, que rinde homenaje con esta pieza audiovisual a un personaje entrañable, inspirador, al bohemio número 10, y que supone el debut nacional de su productora El Frac del Frame.

Quizá por timidez, por un ser grande hacia dentro, no quiso desnudar sus cicatrices, las de un día a día que prefería vivir en soledad. "Nunca consideró escribir su biografía, era demasiado humilde como para escribir sobre sí mismo", añade López.

La felicidad de la tierra y El club de los faltos de cariño, junto a otra obra que no pudo llegar a publicar, detalla su biógrafo, es "lo más cercano a una autobiografía que hay de Leguineche, escrita y ambientada en Guadalajara, a modo de reflexión vital". Sus compañeros de profesión y amigos evocan una pasión por el oficio que comparten con nostalgia de otros tiempos. "Hablan de una forma de ser y entender el oficio que ya no existe, hay que ajustarse a los tiempos", afirma López.

Aunque se ha quedado fuera del documental muchísimo material, el director de El bohemio número 10 ha intentado que este trabajo deje "un poso de responsabilidad periodística y de coherencia".