Como sucedió el pasado domingo, de nuevo el humor vuelve a ser protagonista este sábado en la sala Jimmy Jazz. No es que el escenario de la calle Coronación se haya olvidado de la música en directo -que volverá el próximo jueves, salvo que la pandemia lo impida-, pero tal y como están las cosas, a nadie le van a venir mal unas carcajadas extra.

Este sábado la cita tendrá un protagonista de lujo, el conocido y reconocido actor Luis Zahera. Imposible resumir en pocas líneas su extensa y premiada trayectoria. Las puertas se abrirán a las 18.30 horas, aunque quien no tenga sus entradas ya compradas se va a quedar con las ganas porque está todo agotado. Kike Biguri hará de anfitrión y maestro de ceremonias.

¿No es muy difícil trabajar en estas circunstancias?

-Pues sinceramente te voy a decir que no es difícil. Lo importante son los médicos o que la hostelería y la economía vayan mejor. Lo nuestro es el entretenimiento, que es una estupidez, como diría mi padre, aunque la gente agradece mucho tener una horita para desconectar. Así que no es por llevarte la contraria pero no es nada difícil, sino todo lo contrario. Es lo que tenemos que hacer los actores y las actrices, entretener si hay un espacio para hacerlo. Y si nos cierran el espacio cinco minutos antes, pues nos vamos para casa, pero por lo menos lo hemos intentado. No quiero ir de John Lennon, pero somos todos hermanos, todos iguales y nosotros queremos estar ahí para entretener, nada más.

No se ven las risas pero por lo menos se escuchan.

-Sí, sí. A veces trabajas con mucha ropa y hace mucho calor, a veces trabajar sin ropa y hace mucho frío. No pasa nada. Efectivamente lo ideal sería ver las caras de la gente, que no hubiera distancias, los protocolos para entrar y para salir, y estas cosas, pero la situación es la que es y hay que defenderla.

Sin querer desvelar muchos detalles, pero ¿qué se va a encontrar el público que acuda hoy a la sala Jimmy Jazz?

-Lo que intento, con mis experiencias, es ponerme un poco en ridículo. El espectáculo es un tanto autobiográfico. Así que intento que la gente se ría con mi historia, con mi crisis personal en la que hay algo de cierto. Con un humor blanco, hablo de la familia, de los recuerdos, de mi mamá, de mi papá, de anécdotas de la profesión, de lo rara que es esta profesión. No pretendo más que entretener un poco a las personas que vengan.

Ha hecho y hace de todo, ya sea en el cine, la televisión, el teatro... ¿Es todo lo mismo o cada medio tiene sus diferencias?

-Dentro de la gran mentira, la gran falsificación que es lo nuestro, todo es bastante parecido más allá del medio. Si quieres, podríamos decir que igual lo más puro es el teatro por lo menos para los actores y las actrices. Ahí no puedes repetir, hay que solucionar lo que ocurre en el momento y lo tienes que dar todo. En la televisión y en el cine se da el mismo juego pero es más tramposo porque puedes parar, repetir, reubicarte. Aún así, es todo muy parecido. Al final, en la interpretación se trata de jugar a ser el niño que fuiste. La interpretación es muy divertida y bastante semejante en cualquier formato.

¿Dónde está la clave del monólogo de humor?

-Desde mi punto de vista, lo que hago es un monólogo en el que Luis Zahera está poniendo en ridículo a Luis Zahera. El público percibe que lo que cuentas es verdad. Así que se trata de ponerte un poco en evidencia. Como actor, te suele dar mucho pánico decir que vas a hacer un monólogo porque estás solo frente al público. Pero una vez que pasas ese pánico, lo que sucede es algo maravilloso, es teatro pero sin réplica. Es como la primera vez que vas conduciendo el coche y vas pensando que el vehículo va a explotar. Pero ahora lo piensas y ¡qué fácil es conducir!

El otro día me decía un monologuista que también actuaba en la Jimmy que los vascos nos reímos muy hacia dentro. ¿Los gallegos?

-Nos reímos mucho, por lo menos mi entorno. Y es un humor tirando a surrealista. Luego hay mil tópicos sobre los gallegos, que si la desconfianza, que si nunca sabrás si un gallego está subiendo o bajando una escalera... pero eso son tópicos que habría que ir venciendo.