n épocas de pop y reguetón, la música típica y folclórica se abre un lugar en una emisora uruguaya que busca cultivar el gusto por estos ritmos con voces destacadas como la de Carlos Gardel, que suena a las horas pares para deleite de los amantes del buen tango.

En la histórica radio Clarín, fundada en octubre de 1958, la voz del Mago suena para los madrugadores, los hinchas de la tarde y también los noctámbulos, quienes en estos días estuvieron cerca de perder a una fiel compañera con el anuncio del fin de sus emisiones por onda corta el 31 de diciembre.

Sin embargo, un acuerdo logrado con el Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (Secan) permitirá que los fanáticos de las tradiciones aún no tengan la necesidad imperiosa de recurrir a las nuevas tecnologías para escuchar su música por internet.

En pleno siglo XXI, cuando el consumo bajo demanda ha quedado instalado en el mundo audiovisual, en Uruguay subsiste Clarín, una radio con la que se criaron muchos uruguayos y que hoy mantiene sonidos de décadas atrás, la auténtica banda sonora de hogares en blanco y negro. "Si no era nuestro padre o nuestra abuela o nuestro tío, en algún momento del día Clarín estaba puesta en las radios. Fue un factor importantísimo", apunta a Efe el profesor de Historia y actor Diego Delgrossi, quien rememora su infancia.

La emisora sonaba a la hora del almuerzo, del descanso, durante los quehaceres de la casa o las tareas del campo, lo que marca el significado que la radio tiene para los uruguayos. Aún hoy es frecuente ver a gente de cualquier edad con un pequeño transistor para acompañar el trabajo, jornadas de pesca o el fútbol.

De acuerdo con esto, la historiadora Mónica Maronna asevera que Uruguay tiene una relación "extraordinaria" con la radio. Si bien sostiene que ha surgido un público nuevo que se adapta a los avances, igualmente apostilla que se mantiene otro que mantiene "rasgos tradicionales en cuanto a la escucha".

Y en ese contexto, Clarín significa "muchísimo" para Uruguay, dice, por lo que representa la cultura popular, el acervo cultural y el imaginario colectivo del país.

Pese a estar aferrada a la música de otro tiempo y a tener lo 'gauchesco' como estandarte y "expresión auténtica de la nacionalidad", la historia de Clarín tuvo un comienzo de música variada que giró una tarde de domingo. Ese día, Derly Martínez, histórico locutor y operador de la emisora con sede en Montevideo, pinchó dos horas seguidas de rock & roll, algo con lo que el fundador de Clarín, Francisco Tourrecilles, no estuvo de acuerdo. Así lo recuerda el propio Martínez en diálogo telefónico con Efe, en el que cuenta que ese misma día hubo un cambio de planes: De hoy en adelante solo música típica y folclórica "A mí no me gustó mucho eso, pero la verdad es que acertó", subraya sobra la decisión del dueño. A partir de ahí, se dedican 30 minutos a las horas pares al uruguayo más universal, Gardel.