- El reconocido novelista indio-británico Salman Rushdie reveló algunas claves de su novela Quijote (2019) en el festival chileno Puerto de Ideas y afirmó que para describir el "caos" que enfrenta el mundo actual es necesario usar la ciencia ficción en lugar del realismo.

"El mundo cada vez es más caótico, cambios enormes pueden pasar en una sola noche: políticos, tecnológicos y desde este año las consecuencias de la pandemia", explicó el autor durante un encuentro virtual desde su residencia en Nueva York.

Elogiado por novelas como Los versos satánicos (1988) e Hijos de la Medianoche (1981), afirma que "hace falta ciencia ficción para describir esta realidad fluida y metamórfica" con la que el realismo clásico "no puede lidiar".

En los tiempos de Balzac y Stendhal (padres de la literatura realista del siglo XIX), explicó Rushdie, era plausible que el escritor y el lector llegaran a un acuerdo de lo que era la verdad, sin embargo ahora "es imposible".

"Hoy en día todos discrepamos de lo que es el mundo. Lo que para algunos es realidad, para otros es fake news, por eso cada vez más difícil escribir novelas realistas", sentenció el autor.

Su literatura ha sido comparada por los críticos con el realismo mágico latinoamericano.

Rushdie agregó que la ciencia ficción es uno de los ingredientes fundamental de su última obra, Quichotte (2019), una reinterpretación ficticia del Quijote que recibió críticas disonantes y una nominación al premio Booker 2019, uno de los galardones literarios más prestigiosos.

"Decidí usar el género de la ciencia ficción porque es un medio perfecto para especular sobre ideas y posibilidades y porque siempre fui muy fan del cine fantástico", aclaró.

El libro sitúa la historia en el presente, siendo Quijote un agente de ventas y Dulcinea una estrella de televisión. Juntos emprenden un viaje alimentado por la desbordante imaginación del escritor, que se salpica de aventuras colmadas de ingenio, humor, romanticismo y tragedia.

"Una de las mejores cosas de la novela es que pasa por muchos estados de ánimo, ya que para entender el mundo loco en el que vivimos era imprescindible usar todas esas lógicas", relató.