- La vuelta de la música a los recintos cerrados y salas de conciertos “es posible y segura”, defendió ayer la presidenta de la Asociación Navarra de la Industria Musical (ANAIM) en la última jornada de BIME PRO, celebrada en Euskalduna Jauregia en los últimos cuatro días. Ana Zamarbide abogó por “no parar la rueda” y por tratar de implicar a las instituciones para lograr la supervivencia del sector, tal y como se ha conseguido en los últimos meses en el caso de Nafarroa.

Ante los problemas de conexión del panel de ayer, que impidieron las intervenciones de la británica Beverley Whitrick, de Music Venue Trust, y de Carmen Zapata, gerente de la Asociación de Salas de Conciertos de Catalunya (ASACC), Zamarbide se convirtió en la protagonista absoluta del encuentro celebrado bajo el nombre de Salas de conciertos y covid-19, presentado por Arkaitz Villar, de Musika Bulegoa, y con la colaboración de Kultura Live.

Zamarbide narró la reciente génesis de la Asociación Navarra de la Industria Musical (ANAIM) con motivo de la crisis de la pandemia. Actualmente está compuesta por 15 empresas privadas que representan la música en vivo en Nafarroa, entre ellas salas de conciertos, promotores, discográficas y mánagers, con una facturación anual media de más de 20 millones de euros. La asociación agrupa a más de un centenar de profesionales de Nafarroa en estos momentos.

Su presidenta reconoció que hay gente muy valiosa que está trabajando para que el Gobierno central apruebe un posible plan de rescate para el sector o logre una bajada del IVA, pero como estos logros “pueden tardar”, Zamarbide defendió que “todos podemos aportar algo” desde lo local y con “pequeñas acciones”. De ahí la importancia de ANAIM, fruto de un esfuerzo colectivo. “Nadie nos va a llevar a tierra firme, así que decidimos no esperar y dar nosotros un paso adelante”, indicó.

Envueltos en la crisis posterior al confinamiento, los profesionales navarros, ante “la envidia” de sus colegas vascos, en palabras de Arkaitz Villar, tomaron conciencia y decidieron “aunar fuerzas” creando la asociación. “El objetivo no era la viabilidad económica de los conciertos sino lanzar un mensaje claro, que la vuelta a los recintos privados y salas de conciertos es posible. Que allí también se puede programar y que, además, es seguro porque no se ha dado ni un único contagio. Se puede y se debe ir, y pasarlo realmente bien”, según Zamarbide, para quien “la música es salud”.

Y si la música no ha parado en Nafarroa en los últimos meses se debe a la implicación lograda por la asociación con las administraciones públicas en la organización de un ciclo musical en salas y del Arena Club Festival, en los que han participado tanto el Gobierno de Nafarroa como el Ayuntamiento de Iruñea. “La música no ha parado en nuestra comunidad, con la asistencia de más de 95.000 personas a actividades organizadas entre junio y septiembre, más de 8.000 en las 10 citas musicales organizadas hasta ahora con aforos de entre el 80% y el 100% en el Navarra Arena”, explicó.

Defensora de la colaboración entre lo público y lo privado, Zamarbide indicó que “el objetivo como asociación es la supervivencia” y lograr que “no se pare la rueda”. Por ello, intentarán renovar hasta la primavera el acuerdo con el Gobierno de Nafarroa, que contempla recitales hasta enero, e impulsar una fórmula similar con el Ayuntamiento, en el que ambas instituciones sigan cubriendo las pérdidas de los conciertos a la vez que las salas puedan recibir algún dinero para cubrir gastos. “De las salas viene todo y sería mala cosa si se quedaran por el camino”, concluyó.