- Al abrigo de un bar, un grupo de amigas que rondan los 30 años, comparten vivencias, historias, anécdotas, sentimientos y anhelos. Las relaciones, esporádicas o más estables, se cuelan en las charlas. Risas, confesiones y consejos hasta en el uso de aplicaciones online para conocer gente se van sucediendo. Pero en la cabeza de Ainara García Rey, esas conversaciones se van convirtiendo en poemas. La primera cita, un polvo lúdico, ese momento en el que dos personas terminan por confundirse en un todo... se hacen verso a través de ella.

En pocas palabras, sobre estas bases se asienta El amor y sus aplicaciones, el primer poemario de la escritora alavesa, que se hará realidad a principios de 2021, aunque en este momento también los lectores potenciales tienen un papel fundamental, puesto que para hacer el libro posible se ha puesto en marcha una campaña de micromecenazgo a través de https://crowdfundingdelibros.com. Hasta el 30 de noviembre se puede colaborar en una propuesta que, eso sí, en pocas jornadas ya ha conseguido alcanzar su primer objetivo. Un poco más queda para llegar al segundo -que, sobre todo, asegurará una mejor distribución-, aunque hay tiempo por delante para llegar a él.

A la espera de que el calendario cumpla su camino, la publicación de El amor y sus aplicaciones dentro de pocos meses culminará un proceso iniciado durante el confinamiento. García Rey lleva desde joven escribiendo poesía, pero hasta el momento no se había planteado dar este paso. Sin embargo, "con la situación que estamos viviendo, se me han quitado los miedos y me he lanzado. Si nos van a encerrar a todos de nuevo, qué mejor que la gente pueda tener una parte de lo que he escrito. Igual, alguien leyendo mis poemas puede desconectar de todo lo que nos rodea", describe, al tiempo que remarca que este poemario busca que, ante todo, los lectores "se diviertan, eso me parece fundamental", más allá de que, a buen seguro, más de una persona se verá reflejada e identificada en sus palabras.

Recogiendo poemas escritos antes de la aparición del covid-19 y sumando otros realizados durante la temporada del encierro en casa, el libro se construye queriendo "trasladar cómo cada uno aplica el amor en sus relaciones". Escritos en primera persona para que "el lector se sienta más identificado", los poemas buscan también a un público joven y, por ello, "el poemario tiene un toque macarra", sin perder de vista cierta carga erótica "porque la poesía puede ser delicada pero también sexy". Asimismo, la autora reivindica el peso feminista de varias de sus obras, evidenciando que es necesario romper barreras para plasmar "todo lo que puede sentir una mujer" y, sin embargo, muchas veces no se verbaliza en público.

Todo eso y más se encontrarán quienes se asomen al libro cuando se haga carne. "Seguir, seguiré escribiendo para mí, como lo llevo haciendo desde que tenía 15 años. Pero espero que esto le guste a la gente y así poder publicar más". El futuro dirá. Por ahora, García Rey describe que "la poesía ha sido siempre algo que me ha salido fácil. No sé la razón, pero es así. Además, en un verso puedes decir más que en un libro de 200 páginas y por eso me he decantado por el poemario en vez de plantearme hacer un libro de narrativa. Y también he optado por esta herramienta porque me permite hablar de los miedos que todos tenemos, que a veces parece que nos da vergüenza hablar de ellos; sin embargo, a mí la poesía me facilita escribir de ellos. Bueno, me ayuda a hablar de todo".

Por ahora, aquellas personas que quieran ayudar a que el libro se haga realidad tal y como su autora lo tiene en mente, tienen de plazo para poder contribuir a la campaña de micromecenazgo que se puso en marcha hace pocos días. "No soy ninguna influencer ni nada por el estilo pero el hecho de haber conseguido ya el primer objetivo de la campaña dice que hay gente maravillosa", sonríe. Y la que todavía queda por sumarse.

"Me gustaría que la poesía llegase a la gente joven; también por eso el libro tiene un toque macarra", apunta la creadora

A principios de 2021 saldrá una obra que tomó forma durante un confinamiento que "a mí me ha servido para quitar el miedo a publicar"