- Tenía que haber sido en marzo. Todo, de hecho, estaba preparado para ello. Con la producción del Arriaga bilbaíno y bajo la dirección y adaptación de María Goiricelaya, se afrontaba el reto de llevar a escena una nueva versión, tanto en castellano como en euskera, de Mutter Courage und ihre Kinder, uno de los títulos básicos de la trayectoria de Bertolt Brecht, un alegato antibelicista que desde su estreno en 1941 ha sido llevado a escena en diferentes ocasiones y países. Pero la aparición del covid-19 hizo que todo se quedase en el limbo. El pasado jueves, por fin, Madre coraje/Ama kuraia consiguió encontrarse con el público.

"Han sido muchos meses de espera, como el embarazo de los elefantes", dice con una sonrisa la actriz Ione Irazabal. "Pero somos afortunados, hemos podido estrenar. Además, estamos con muchas ganas de contar esta historia porque tiene mucho sentido ahora", ya que, sin querer comparar un conflicto bélico con esta pandemia, sí hay situaciones y reflexiones coincidentes, más allá de que "estemos ahora volviendo a escuchar frases como toque de queda". Como explica el también actor Eneko Sagardoy, "en marzo teníamos una merluza fresca muy buena que tuvimos que congelar. Pero parece que ahora la podemos servir y que esté rica".

Más allá de las circunstancias marcadas por el coronavirus, la versión diseñada por Goiricelaya mantiene las esencias de la obra original, pero introduciendo algunos cambios y poniendo el foco de manera más específica en algunas cuestiones que en la creación de Brecht están pero no con tanta fuerza. Así lo podrán comprobar quienes el próximo miércoles 28 acudan al Principal a partir de las 20.30 horas. En el marco de la cuadragésimo quinta edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz, el montaje dará un nuevo paso tras su reciente estreno, abriendo además el abono en euskera del certamen vitoriano. Todavía quedan entradas a la venta en taquilla.

En lo que esta adaptación difiere es, de manera esencial, en la descontextualización del momento. Si Brecht sitúa la acción en la llamada Guerra de los Treinta Años, Goiricelaya acude al presente, a un momento en el que las guerras son, por así decirlo, "más limpias", donde las víctimas mayoritarias son civiles y no militares. Es en ese escenario donde se sitúa a una protagonista que para sobrevivir se sirve de sus habilidades para el comercio con unos, con otros y con todos a la vez, aunque eso le termina pasando una gran factura.

A esa diferencia en el contexto, se une el foco de atención especial que la directora ha querido poner en la mujer en relación con los conflictos bélicos. Recuerda como, por ejemplo, hasta hace muy pocos años, la violación no se ha considerado de manera oficial como arma de guerra, sino como un efecto colateral. "También se libran batallas en los cuerpos de las mujeres, pero parece que cuesta entenderlo".

En este sentido, Sagardoy destaca el hecho de que, a día de hoy, siguen siendo pocas las producciones teatrales que tienen a mujeres como únicas protagonistas, "y menos en euskera" por lo que esta obra cobra más importancia si cabe, gracias, además, al trabajo de traducción realizado por Kepa Errasti. Ingredientes todos ellos que configuran un espectáculo que, si el covid no dice lo contrario, tiene por delante una gira que también discurrirá, en este caso en castellano, por diferentes puntos de la península. De momento, este miércoles llega a Vitoria.