- "Fue un poco raro. Estuvo muy bien y además la sala Jimmy Jazz estaba llena, pero la verdad es que ver a todo el mundo sentado, guardando las distancias... fue un tanto extraño". De momento, es lo que toca.

X lo vivió en primera persona el pasado sábado. El covid-19 marca. Aún así, el rapero, productor y Dj gasteiztarra no para en ninguna de sus tres vertientes creativas. Es consciente de que en el mundo del hip hop no es habitual el camino que ha elegido y que implica esas tres líneas de trabajo pero es que "me aburro muy rápido de las cosas, estoy siempre en un bucle infinito en el que no paro", sonríe.

De hecho, a principios de este mes lanzó su nuevo single, un Infernuko atea que se puede ver y escuchar tanto en su perfil de Instagram (@jonvz_x) como en el canal de Youtube (x VI). El tema se hace realidad ahora tras registrarse hace unos tres meses en los estudios La Klave de la mano del técnico Carlos Correa y de convertirse en vídeo hace mes y medio gracias al trabajo del también gasteiztarra Xabi Martinez.

"Seguro que llegarán más temas, pero éste lo quería sacar ahora por gusto, porque me apetecía", describe Jon Vázquez, que es quien está detrás de un nombre artístico que "no responde a nada en concreto, sino que me gusta la letra, como en el graffiti; puede significar misterio o incógnita pero, en realidad, no hay un trasfondo detrás de la elección".

Bajo este mismo nombre se publicó en septiembre el álbum instrumental Run into Shibuya, otro ejemplo más de sus distintas inquietudes, como sucede con la relación estrecha que mantiene con los vitorianos Mike L & Javi D -con este último está ultimando la publicación de un EP compuesto por cinco temas- o con las colaboraciones establecidas con artistas como Ziakhus y Haizeatxo. "Esto es lo que me gusta, solo quiero seguir produciendo, poder pinchar en los bolos que puedan salir incluso a pesar de lo que está pasando, y seguir escribiendo cuando me lo pida el cuerpo".

Esas tres facetas han confluido en él de manera natural desde que en 2013 se empezase a juntar con un grupo de amigos para improvisar. El hip hop ya había llamado a su puerta, pero no se quedó, por ejemplo, en llevarle a las batallas de gallos, sino que le impulsó también a acercarse a la labor del Dj.

"Desde pequeño tenía curiosidad por ver cómo funcionaba todo eso, cómo se sacaban esos sonidos, cómo se usaban los vinilos..." y al ponerse manos a la obra, también abrió el sendero de la producción musical.

Esta especie de tres en uno, eso sí, quiere tener el mismo sello: "lo que hago suena a lo que vivo día a día. Es la forma de desahogarte. Si un día estoy feliz, escribo algo más alegre y al contrario, no tengo porque encasillarme dentro de nada. Pasa lo mismo con la producción. Sueno a lo que vivo". Lo hace, además, siendo parte de las nuevas generaciones del rap en Vitoria, que parecen estar recuperando el pulso que la capital alavesa tuvo entre finales de los años 90 y el principio de siglo.

"La escena está muy viva. Es verdad que igual ahora la gente está más dispersa, haciendo cada uno lo suyo pero aunque la música sea diferente, hay una escena en la ciudad que está renaciendo y lo está haciendo desde abajo, con los sonidos nuevos", describe al tiempo que apunta que "puede que haya quien piense que esto es fácil, pero detrás del rap hay mucho trabajo y aquí tenemos a mucha gente, también mucha gente joven, con ganas de currárselo".

Lo cierto es que no hay descanso. Ni lo hubo para él durante la cuarentena. "Incluso diría que, por lo menos, tuvo algo positivo porque, como productor, tuve tiempo para replantearme algunas cosas, mejorar en mi forma de producir, mezclar y masterizar... De hecho, he salido de la cuarentena sabiendo más", aunque en el otro lado de la moneda musical está el hecho de que "no hay tanto bolo y estamos limitados a ir a trabajar, luego a casa y vuelta".

"Como productor he salido de la cuarentena sabiendo más, eso por lo menos ha sido positivo"

"La escena en Gasteiz está renaciendo desde abajo, con los sonidos más nuevos"

Rapero, productor y Dj