- Diseñadores y expertos apuntan que aunque la moda haya potenciado en los últimos siglos la dualidad entre femenino y masculino, en el futuro puede convertirse en una herramienta de visibilidad de nuevas identidades que trasciendan a los géneros tradicionales. La mayoría coincide en que el futuro es la "moda sin género" o "a-género", que no limita a las personas según su género binario (femenino o masculino) y obliga a comprar en la planta de señora o caballero, sino que las viste más bien según su morfología. "Nuestra manía clasificatoria tendrá que cambiar en el futuro. El sistema de pensamiento que consiste en clasificar una persona y crear dualidades ha sufrido un cambio de paradigma que pasa por superar el clásico binarismo de género hombre-mujer", defiende Silvia Ventosa, conservadora de Textil del Museo del Diseño de Barcelona, en conversación con Efe. Aunque en el pasado diseñadores como Saint Laurent introdujeron el traje chaqueta para la mujer haciendo frente a otras tendencias de hipersexualización femenina encarnadas por firmas como Versace o Armani, cada vez más jóvenes diseñadores apuestan por las prendas unisex.

Las prendas sin género, pensadas para vestir, sin cambiar patronajes, a hombres y mujeres, ganan cada vez más peso en los desfiles, un cambio de paradigma que promete revolucionar el sector con tanta fuerza como las nuevas tendencias de producción textil ecológica. Para Alejandro Gómez Palomo, Palomo Spain, conocido por una moda de tendencias tradicionales femeninas para hombre, "todos los diseñadores están yendo hacia ahí", en referencia a la moda "a-género". El diseñador, que ha participado en la conferencia D-Generades en el Museu del Disseny de Barcelona sobre moda y perspectivas de género dentro de la Biennal de Pensamiento, ha reflexionado sobre cómo nos marca la moda desde que, como recién nacidos, se nos viste de rosa o azul celeste, y ha explicado que en su trabajo de forma instintiva siempre ha querido ir más allá y "jugar" con las prendas y el género. Preguntado sobre si pretende cuestionar tópicos de género, apuntó que en su cabeza no hay tanto discursos conscientes como ganas de experimentar y fantasear, y que él mismo no sabría definir qué es o qué no es la "masculinidad" hoy en día.