on las elecciones de EEUU asomándose en el horizonte, Jeff Daniels entra en campaña con La ley de Comey (The Comey rule), una tensa serie sobre el polémico exdirector del FBI James Comey y con la que el actor espera aportar algo de luz a la ciudadanía de cara a esta esperadísima cita con las urnas. "No sé si puede influir en las elecciones, pero creo que esta serie puede informar a la gente", apuntó Daniels en un encuentro con varios medios en el que participó Efe. La ley de Comey da más información a la gente sobre algo que piensan que conocen pero que en realidad no conocen. Van a averiguar por qué Jim Comey hizo lo que hizo y qué pensaba cuando lo hizo (...) Ahora te das cuenta de que después tuvimos más de tres años de Trump haciendo lo mismo. Somos más listos ahora que hace cuatro años y mi esperanza es que la serie le recuerde a la gente que no se crea todo lo que viene de la Casa Blanca", afirmó.

La primera parte de la serie examina los primeros días de investigación por parte del FBI de la presunta interferencia de Rusia y de los correos filtrados de Hillary Clinton, dos de los principales factores que marcarían la noche de las elecciones de 2016, en la que Trump sorprendió al mundo al salir elegido presidente de EE.UU. La segunda parte sigue el día a día de la tensa relación entre Comey, por entonces director del FBI, y Trump durante los primeros meses de su presidencia. Meses intensos y caóticos donde los aliados se convertían en enemigos, los enemigos se hacían amigos y la verdad dependía del lado en el que estuvieras. El mano a mano de dos grandes figuras de poder cuya fuerte personalidad y diferentes percepciones de la ética y la lealtad les condujeron a un choque radical.

Daniels, que está viviendo unos años dorados con papeles muy aplaudidos en The Newsroom, Godless o The Looming Tower, es el centro de todas las miradas en La ley de Comey, serie que en España emitirá Movistar+ hoy y el próximo día 27 y en la que también aparecen Holly Hunter, Michael Kelly, Oona Chaplin y Brendan Gleeson (en la piel de Trump).

Dividida en dos largos episodios, esta serie viaja al escándalo en torno a Comey, que cuatro años de Trump después (y pandemia mediante) suena casi a la Prehistoria, pero que en aquel momento fue un asunto absolutamente crucial en el panorama político de EE.UU. Así, La ley de Comey retrata en primer lugar la controversia que causó Comey cuando, a muy pocos días de las elecciones de 2016, reabrió una investigación sobre el manejo de información clasificada por parte de la entonces aspirante demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton. Y posteriormente se adentra en la turbulenta relación que Comey mantuvo con Trump con especial atención a la infame cena en la que el presidente presuntamente le exigió "lealtad" al director del FBI.

Al estar basada en las memorias de Comey (A Higher Loyalty), la serie adopta el punto de vista del exfuncionario y, sin ocultar algunas sombras, trata de justificar cada una de sus decisiones. "La cualidad que más admiro de él es su habilidad para mantenerse fiel a lo que creía: el Estado de Derecho, la justicia, los hechos", señaló Daniels. "Y todo lo que hace es para apoyar la integridad del FBI, la institución que ama", agregó. El carácter frío y nada emocional que se percibía en Comey en las noticias aparece también en la serie, pero en la ficción contrasta con los efectos que sus acciones provocan en su familia y seres queridos. "Estás con otras personas que creen lo mismo que tú pero, al final, estás tú solo en un cuarto y tienes que tomar una decisión", argumentó Daniels sobre la soledad del que está en la cúspide.

El actor también rechazó que La ley de Comey apunte solo al público estadounidense, ya que, en su opinión, detrás de la compleja trama de apoyos y traiciones hay una reflexión global sobre el poder y la ambición. "Cuando le quitas la piel, la serie va de enfrentarse al poder. Es un hombre enfrentándose a algo muchísimo más poderoso que él. Y eso es una historia universal (...) Los detalles importan y no importan: es sobre si este hombre puede enfrentarse a algo tan poderoso como el presidente de EE.UU.", defendió.

Igual de apasionado se refirió a Brendan Gleeson, verdaderamente inquietante en su interpretación de Trump. "Siempre es un placer tratar con actores sin mierda alrededor. Sin dramas, sin ego: solo disciplina de trabajo y estar preparados en la toma uno", explicó. "Su Trump no es Alec Baldwin haciendo un sketch de Saturday Night Live. Lo que queríamos era el corazón palpitante del interior de Trump, si es que eso existe. Queríamos la oscuridad cuando está pensando: queríamos verla en sus ojos (...) Y cuando Brendan te mira a los ojos y te pide lealtad, tú sabes exactamente lo que eso significa", dijo.

Por último, Daniels aseguró que La ley de Comey era una propuesta imperdible para él, aunque no llegara en el mejor momento. "Hice 415 funciones seguidas en Broadway de Matar a un ruiseñor durante un año con solo un día libre a la semana", recordó. "Necesitaba estar tumbado durante uno o dos meses después, así que hacer La ley de Comey tras nueve días de mi última aparición en Broadway fue como correr una maratón, que luego te den un vaso de agua y que te digan que hagas otra maratón. Pero era un proyecto importante, que era arriesgado, en el que podía fracasar, y era un desafío, así que no renuncias a cosas así y dije que sí", indicó.