- Cada día, pegada a la cámara. El presente, de hecho, pasa por el fotoperiodismo en Álava, aunque eso no significa que Pilar Barco deje de lado otros proyectos e intereses. Ni mucho menos. La inquietud, la búsqueda, la curiosidad, la profesionalidad llevan a querer seguir dando pasos por diferentes caminos, aunque la autora siempre sea la misma. Sucede así en la muestra de cámara que hasta finales de noviembre se encuentra abierta en el Centro de Exposiciones Fundación Vital, reflejo de un proyecto que sigue abierto y en el que la imagen publicitaria y la artística trabajan por diluir cualquier frontera entre ambos campos.

Bajo el título de Publicidad recíproca, Barco comparte con el visitante el resultado final de un proceso que es posible gracias a la intervención de no pocas personas e intereses. Con el afán de crear sinergias entre empresas, la autora encontró hace unos años, a su llegada a Vitoria, una fuente de inspiración y colaboración fundamental, un grupo de mujeres emprendedoras bautizado como E-Conectadas. "Son personas con dedicaciones y campos de trabajo muy diversos, que poco o nada tienen que ver entre sí. Y lo que me interesaba era aprovechar esa diversidad para ir generando imágenes". En cada fotografía toman parte entre seis y ocho de estas emprendedoras. Lo hacen a través de sus productos, aunque poco o nada tiene que ver la instantánea final con lo que, por lo general, se entiende por publicidad, si no fuera por los logotipos que acompañan a cada pieza. "Todo aparece de manera muy sutil" a través de galletas que vuelan, palabras que caen como lluvia, libros de firmas convertidos en vestidos...

"Son imágenes muy cargadas, muy rococó", sonríe Barco, que en cada fotografía se sirve también del trabajo de distintas modelos, que en todos los casos aparecen como flotando, "también para transmitir una idea de empoderamiento de la mujer". Así se configura un resultado que, en apariencia, poco tiene que ver con la fotografía publicitaria, sacándose de contexto todos los elementos que lo componen. "No quiero que sean fotografías fáciles de mirar, sino que te tengas que parar, que necesites detenerte para ver qué estás viendo. Es la idea, que te pares y te fijes en los objetos y en qué está ocurriendo en la imagen" jugando con la propia experiencia de cada visitante de la muestra.

Para llegar a este punto, eso sí, son muchas las horas de trabajo necesarias. "Cada obra es una pequeña locura", que requiere de mucha preparación, de no pocos contactos, de diferentes reflexiones y diseños... hasta llegar a cada sesión -que suele hacerse en una mañana- para después dar paso a una postproducción que también es complicada. "Es mucho trabajo, pero es satisfactorio. No es algo habitual y ahí está también lo interesante" para quienes hacen posible la propuesta.

Hasta el 23. Junto a las imágenes de Pilar Barco, el Centro de Exposiciones Fundación Vital también se encuentra acogiendo estas semanas también una muestra pictórica de Ion Pausa Ruiz de Alegría. Esta exposición es el punto de partida de un ambicioso proyecto del Ayuntamiento de Leintz Gatzaga destinado a honrar a las mujeres que sufrieron persecución de la dictadura franquista. Los cuadros forman parte de un futuro memorial que tendrá su sede en la citada localidad guipuzcoana. Además, se presenta el cuadro Poema guztiak ahaztu zitzaizkidan como denuncia de la violencia de género que practicó la dictadura. Se puede ver hasta el día 23.