- La Cofradía de San Roque de Llodio trabaja desde hace ya varios años, junto a investigadores y voluntarios, en la recuperación de la memoria colectiva del pueblo, rescatando del olvido a pintores, artistas y personalidades de la localidad.

¿Están contentos con que esta obra de Bárbara y Balza haya vuelto a casa, a Araba?

-Estamos muy orgullosos, la verdad. Nos alegra el reconocimiento exterior, la evidencia que está teniendo en el mercado cultural exterior el trabajo que estamos haciendo. Que se compre esa obra significa que el trabajo que hicimos de recuperación de Bárbara tenía más profundidad que el puro reconocimiento existencial del autor. Lo mismo ocurre con el trabajo realizado en torno al músico Martínez del Villar, que va más allá de nuestro trabajo de investigación.

¿Esperan que esta muestra sea la primera de muchas?

-Por supuesto que desearíamos que hubiera más presencia de la obra de Bárbara, en concreto en los museos vascos. Eso conllevaría que se hicieran los esfuerzos de encontrar las obras, buscar donaciones si fuera posible, hacer compras si conviniera, pero que la obra de ese hombre sea reconocida como una obra importante dentro de la cultura del País Vasco en el siglo XIX. Nuestro objetivo es recuperar para el pueblo la memoria de esas personas, su valor y el trabajo de recuperación.

¿Hay algún ilustre llodiano al que quieran traer próximamente a la memoria?

-Ya hemos estado hablando, y nos gustaría investigar más sobre el periodista laudioarra Ramón de Belausteguigoitia, porque tenemos datos de lo más curiosos.