- El Gran Fellove es un documental hecho con los sentimientos, con el afecto que Matt Dillon profesó al cantante y showman cubano Francisco Fellove, con una admiración que ha llevado a este actor a situarse tras la cámara por segunda vez.

El intérprete estadounidense, que en 2006 recibió el Premio Donostia, quiso conocer la historia dde este músico en cuanto escuchó su música por primera vez hace más de veinte años. “No podía creer que nunca hubiera oído hablar de él”, dice al comienzo de la película.

Así, Dillon logró localizar al cantante en Ciudad de México en 1999 con la ayuda de su amigo Joey Altruda, contrabajista de jazz, quien quiso grabar un disco con él mientras el actor grababa el proceso. Fellove había caído en el olvido y el neoyorquino quiso recuperar a alguien que había innovado en su tiempo.

“Fue un disfrute estar con él, tenía una personalidad musical exhuberante. La música le salía por los poros, aunque en ese momento no sabía qué quería hacer con las imágenes”, explicó el actor.

De este modo, las dejó “reposar” y no fue hasta años después, tras una serie de encuentros sucesivos con el productor mexicano Carlos Sosa, cuando el documental empezó a tener visos de realidad.

Sosa logró ver a Fellove en una residencia de ancianos y se encontró a una hombre de 89 años con demencia senil. “Me aseguraron que ya no conocía a nadie, pero cuando le hablé de Matt empezó a temblar y se le empañaron los ojos. Marilon, dijo”, comentó el productor, que avisó a Dillon de su estado.

Éste llegó tres días después a para estar con él. “Fue muy duro verle en esa situación”, señaló el intérprete, que tuvo acceso a cartas, fotografías y otras pertenencias del cantante.

Todo ello llevó a Dillon a realizar el documental, a que ese viaje que Fellove emprendió en 1955 fuera “la vía” para contar también “la historia de todo lo que ocurrió en aquel entonces” con los músicos afrocubanos que abandonaron su país.

“Cuando rodé aquellas imágenes en 1999 no se me ocurrió que podría retroceder en el tiempo”, manifestó el realizador, al que le gusta todo tipo de música, pero la cubana le “enganchó” de forma “especial”.

“Estamos en la edad dorada de los documentales, y algunos son más emocionantes que las historias de ficción”, afirmó un actor que conoce nombres, detalles y anécdotas de los músicos cubanos como los niños que lo saben todo de sus ídolos del fútbol.