- Elena Asins, madre del movimiento artístico conceptual y cibernético en España, era radical y no hacía concesiones a nada ni a nadie. Incomprendida y con un reconocimiento que llegó casi al final de su vida, continúa suscitando pasiones cinco años después de su muerte con una exposición. "Vivía como quería vivir, sin concesiones a nada. Era difícil de carácter, porque tenia sus ideas muy claras y no se movía de ellas, pero por eso también era muy respetada", recordó Isabel Mignoni, directora de la Galería Elvira Gonzalez, que esta semana inaguró la temporada con una exposición de trabajos inéditos de la artista.

De aspecto andrógino, vegana y retirada en un pueblo de Navarra (Azpiroz) tras una breve bagaje internacional, la artista siempre se movió en los márgenes del arte, incomprendida por su época, fue aún así muy respetada por figuras como Pablo Palazuelo o Luis Gordillo , pero para el público siempre fue una desconocida. Asins fue toda una pionera en la aplicación del ordenador al arte: en los sesenta comenzó sus estudios en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense, y luego continuó formándose en la Escuela de Bellas Artes de París, en Semiótica con el profesor Max Bense en Alemania y en la Columbia University de Nueva York.Todos estos estudios siempre gravitaron sobre el arte cibernético. Toda una adelantada a su tiempo, experimentó con la repetición, el lenguaje y la geometría, siempre desde el punto de vista plástico. "Su contacto con el mundo del ordenador le ayuda a pensar cómo hacer la obra, le facilitó a la hora de componer o descomponer", señaló la galerista. La artista legó todo su archivo al Museo Reina Sofía. Los trabajos inéditos que reúnen la exposición son obras a lápiz y en tinta sobre papel, repeticiones geométricas con variaciones a veces imperceptibles. Muchas de las obras están relacionadas con la música de Bach, Wittgenstein o Mahler, que influyeron en su obra.

La galerista declaró notar un interés renovado por la obra de Asins y también de otras artistas, sobre todo de la escena de los sesenta y setenta, que aunque siempre estuvieron ahí, nunca tuvieron tanto éxito como sus compañeros hombres. "Han sido las nuevas generaciones las que la han redescubierto. Por ello, su obra ha tenido cierto resurgir", declaró Mignoni.