- El intenso trabajo de producción para plasmar en una serie de animación La Resistencia, la primera entrega de la trilogía en papel de Memorias de Idhún, ha tenido a Maite Ruiz de Austri como directora.

Se ve la luz al final del túnel en el largo proceso de gestación de esta adaptación.

-Han sido dos años y cuatro meses de trabajo dedicando mucho tiempo y esfuerzo. Hay ganas de poder enseñarlo y compartir para que el público vea el duro trabajo realizado por todo el equipo.

Las peculiares características de una parte del trabajo de producción, metidos de lleno en el confinamiento, hacen inolvidable estas 'Memorias de Idhún'.

-Han pasado muchas y muy importantes cosas en estos dos años y medio. Va a quedar en nuestro imaginario personal el momento del confinamiento y todo el tema de la pandemia del coronavirus. En el sector de la animación, sin embargo, estamos acostumbrados a trabajar cada uno desde nuestra casa en proyectos de diferentes países. En ese sentido tenemos la costumbre de utilizar la tecnología para comunicarnos dentro de la producción. Por eso, a llegar el momento, cada uno cogió su material para llevarlo a casa y a seguir funcionando.

Se ha optado por formato de animación y no en imagen real. ¿En qué motivos se fundamentó esa decisión para acometer posteriormente todo el trabajo?

-Es una cuestión de la productora, Zeppelin. Me sumé al proyecto cuando ya se había decidido hacerlo en animación. Era la decisión más lógica, porque esta saga de libros ya tuvo su traslación a un cómic donde los personajes habían tomado cuerpo y se veía su aspecto. El siguiente paso ya venía rodado y era plasmarlo en forma de serie de animación donde poner en movimiento esas cosas cuyo germen ya estaba en el cómic. Nos hemos basado en el cómic, pero todo está actualizado en cuestiones de los personajes, sus ropas, los mundos fantásticos y reales.

Como toda adaptación de una obra literaria está la circunstancia de que el espectador va a poder tomar como referencia lo que ha leído en las páginas del papel.

-Al afrontar este tipo de adaptaciones hay muchísima responsabilidad porque hay mucha gente que espera ver cosas que ha leído. En este caso estoy bastante tranquila porque hemos tenido a la autora de los libros -Laura Gallego- dentro del equipo de creación de la serie durante todo el tiempo. Ella ha escrito los guiones junto a su marido, Andrés Carrión, y han decidido lo que vamos a ver y cómo se va a mostrar. Ella es la que mejor conoce la serie y a sus propios seguidores que la seguimos desde hace años. Ha sido, por lo tanto, un trabajo sencillo al tener que seguir los guiones que estaban escritos por Laura y Andrés.

¿Dónde va a poder apreciar el espectador el sello personal de Maite Ruiz de Austri?

-Un poco en todos los sitios. En uno de los puntos donde más he disfrutado es haciendo el trabajo de creación pura, en el diseño de personajes, en la ropa, colores, cómo se mueven. Eso fue una auténtica gozada. Después el trabajo con los diseñadores de los fondos, que ha sido maravilloso. He elegido un estilo bastante realista en el que, a veces, tienes la sensación de que podrías estar ahí dentro. Recuerdo también que en una de las secuencias aparece el Metro de Madrid como lugar en el que se mueven los personajes. Me fui con una cámara y completé todo el recorrido que realizan los personajes de animación haciendo todas las fotografías y fijándome hasta en detalles como la señalética. Quería que el espectador cuando lo vea, realmente esté allí.

Ha tenido la suerte de poder hacer todo ese largo trabajo desde el estudio de Gasteiz.

-Ha sido maravilloso. Me encanta que haya sido aquí en Vitoria. El estudio es genial y la productora, Zeppelin, se ha venido a Vitoria también. En el momento de tomar la decisión sobre si la serie se venía a Vitoria, contamos con el apoyo de la Diputación de Álava. Eso ha dado trabajo a profesionales de aquí, como la diseñadora de los personajes, Ilia Marín, que es una crack increíble, que ha diseñado los personajes con un estilo manga y anime sorprendente para todos.

El mes previo al estreno se ha levantado polvareda por la cuestión de los dobladores. ¿Qué opinión le merece este asunto?

-Todos sabemos como son las redes sociales. En un momento determinado se arma un lío porque la gente opina. No hay que esconderse de la polémica y aceptarlo con naturalidad. Entre los miles de personas que leen estos diálogos, cada uno de ellos imagina las voces y hace su propia película. En esa concreción es complicado llegar a un acuerdo cien por cien. Entre las voces hay un poco de todo y con las frases que, hasta ahora, se han mostrado de la serie es difícil evaluar el trabajo de un profesional durante toda la serie.

Los proyectos seguirán agolpándose sobre su mesa con nuevas propuestas profesionales.

-Los cinco episodios de esta temporada corresponden a la mitad del primer libro y no al primer volumen en su integridad. Siempre tengo proyectos, pero mi cabeza y mi corazón está comprometido en Memorias de Idhún y aún no lo he cerrado todo esto. Ahora, de momento, descansaré un poco de todo esto porque ha sido muy intenso y después seguiremos trabajando.