odría aparecer en La canción del verano de la página de al lado, porque aún más famoso que el helado Negrito de Frigo fue el jingle de su anuncio que, como la canción del colacao, ha ido saltando de generaciones: "Ahí viene el negro, negrito, el Frigo con meneito, bola de chocolate, rica nata para ti...". En plena época de revisionismo -donde algunos censuran hasta escenas de Lo que el viento se llevó- los míticos conguitos, las marcas de café o el cacao con azúcar y grumos están siendo azuzados por la imagen dada durante años, como si el pasado no fuera un retrato de lo que fuimos y se pudiera crear atendiendo a los designios del futuro. La canción "Yo soy aquel negrito del África Tropical que cultivando cantaba la canción del colacao" dice ahora, paradójicamente, "hay cosas que nunca cambian, que siempre serán igual, con leche cada mañana y con cacao natural". También el Negrito de Frigo, después de sacar otra variedad de chocolate blanco al que llamaron Blanquito para compensar, se transformó no hace mucho en Negritón, que a mí me suena a negro gritón y no sé si es peor el remedio que la enfermedad. J. Gorriti